Los alcaldes, molestos por el peso que el PSOE quiere dar a Vigo en la Diputación

carmen garcía de burgos PONTEVEDRA / LA VOZ

POIO

Temen que la nueva estrategia socialista perjudique a los concellos más pequeños

28 may 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Muchos de los alcaldes de la comarca de Pontevedra, tanto los que están en funciones y repetirán como los que se estrenarán en breve, apenas dan crédito a las declaraciones realizadas el martes por el secretario provincial del PSOE, Santos Héctor, acerca de los planes socialistas para la Diputación de Pontevedra. La intención anunciada por uno de los estrechos colaboradores del alcalde de Vigo, Abel Caballero, de beneficiar a la ciudad olívica en los futuros presupestos del organismo provincial ha puesto en alerta a gran parte de los regidores.

Antes de comenzar las negociaciones con el BNG -cuyo apoyo necesitan para presidir el ente-, el PSdeG está generando preocupación también entre gobiernos nacionalistas. Uno de los de más peso de la comarca es el de Poio. Luciano Sobral advierte que de los fondos que reciben los municipios costeros no solo se benefician sus casi 17.000 habitantes: «Na zona de Poio e de praia temos que prestar servizos non só para os veciños de Poio, senón para os milleiros de persoas que veñen cada verán. Non lles imos cobrar unha taxa para vir, pero temos que ter as praias limpas igual». Por eso pide, por encima de todo, «solidariedade». «Se, efectivamente, os fondos van ser os mesmos e van ser máis concellos a repartir é de supoñer que toque a menos. Esperemos que a Poio non lle toque menos do que xa lle vén tocando nos últinos anos», añadió.

La pieza clave, Pontevedra, opta por no dar relevancia a las declaraciones, en parte porque «amosan un descoñecemento radical do que son as deputacións, de como funcionan, de que funcións teñen e das súas posibilidades económicas», lamentó César Mosquera. El portavoz del Bloque en la institución añadió que «Vigo non aporta absolutamente nada á Deputación», que se financia, principalmente, con transferencias del Estado (100 de los 148 millones de euros) y el IAE. Advirtió de que no habrá pacto si deja el organismo a merced de Vigo, y recordó la inversión reservada para Balaídos, de más de 5 millones de euros.

Reparto equitativo

También los bastiones populares en la comarca se mostraron preocupados por el anuncio de Santos Héctor. El alcalde de Cotobade, Jorge Cubela, reconoció que «posiblemente será lo que pase. Hay que tener en cuenta que el PSOE en la provincia se reduce a Vigo. No hay organización ni estructura, ni alcaldes que puedan lograr un apoyo mayoritario para sobreponerse a la estructura municipal del PSOE de Vigo. Lo intentaron algunos pero fueron derrotados. Ahora el PP ha perdido la Diputación pero, sobre todo, han perdido todos los alcaldes de toda la provincia sean del partido o no, porque el peso lo va a tener Vigo». La de Marín, María Ramallo, advierte de que «la Diputación tendrá que estar para atender las necesidades y carencias y para apoyar los proyectos de todos los ayuntamientos de la provincia». Y el de A Lama, Jorge Canda, asume que esta idea va a perjudicar a los municipios pequeños, como Ponte Caldelas, A Lama o Cotobade.

Algo semejante teme la regidora de Moraña, Luísa Piñeiro, quien apunta que «la inversión debería ir a todos los concellos de la provincia, como hasta ahora». Mientras, el nacionalista buenense Félix Juncal y el socialista vilaboense Xosé Luis Poceiro, confían en el PSOE y optan por esperar para «xulgar feitos, e non intencións».

El alcalde de Caldas, Juan Manuel Rey (PSOE), también cree que es «muy precipitado» hablar de qué papel tiene que jugar la Diputación, pero advierte que «habrá que ver si eso es así, si hay una deuda histórica con Vigo. Desde luego las diputaciones nacieron para defender a los pueblos pequeños y medianos, sin excluir a las grandes ciudades. Pero yo también puedo decir que hasta ahora la Diputación primó a unos ayuntamientos sobre otros. Y que con Caldas existe una deuda histórica en campos de fútbol o depuradoras, y en proyectos muy antiguos como el de la carretera Caldas-San Clemente, que quedó a medio hacer», señaló.