Solicitan veinte años por el asesinato a sartenazos de un octogenario en Poio

L. P. PONTEVEDRA / LA VOZ

POIO

La petición, aparentemente, coincide con la que también solicita la familia de la víctima

24 sep 2019 . Actualizado a las 19:52 h.

Antes de que termine el presente año, previsiblemente, un jurado popular tendrá que dictaminar si, tal y como sostienen las acusaciones, Rocío Gondar González y Albertina Táboas Fernández asesinaron a Secundino Prego Amil en la noche del domingo al lunes 3 de febrero del año pasado. Por lo pronto, el ministerio público solicita para ambas veinte años de prisión, la máxima pena que prevé el Código Penal para los delitos de asesinato. La petición, aparentemente, coincide con la que también solicita la familia de la víctima.

Mientras el ministerio público únicamente alude a un agravante, la de abuso de superioridad, la acusación particular reseña, al menos, las de alevosía y de precio o recompensa. En cualquier caso, la Fiscalía da por buena la versión que, presumiblemente, Rocío Gondar ofreció en la Comandancia tras ser arrestada por la Guardia Civil. En principio, las lesiones diagnosticadas al fallecido serían compatibles con el relato de los hechos que reseñó esta joven tras su arresto.

De este modo, el crimen de este vecino de Chancelas, en el municipio pontevedrés de Poio, se produjo poco más tarde de que hubiese regresado a casa, después de haber pasado buena parte de la tarde en la discoteca La Luna. Nada más entrar en su domicilio, las dos acusadas supuestamente le habrían convencido para salir a tomarse una consumición en un bar próximo.

Apenas caminó unas decenas de metros. En un momento dado, y siempre la versión que trascendió en su día, Rocío descubrió una sartén -o cazuela- que llevaba oculta y, supuestamente, comenzó a descargar, uno tras otro, una sucesión de golpes sobre la cabeza del octogenario, que se precipitó al suelo. Esta agresión no terminó hasta que su atacante se percató de que el mango de la sartén se había roto.

Dado que Secundino Prego aún vivía, una de sus supuestas homicidas se hizo con el bastón con el que este anciano se ayudaba para caminar. De nuevo, descargó una serie de golpes que, al igual que ocurrió con la sartén, no terminaron hasta que el bastón se fracturó. Este vecino de Poio fue finalmente rematado con una piedra. Fuentes del ministerio público confirmaron que, a lo largo de estos más de quince meses, Rocío Gondar no ha vuelto a reconocer la versión que, presuntamente, ofreció en la Comandancia y que Albertina Táboas rechazó en todo momento.