Matan a cuchilladas a un vecino de 83 años en una aldea de Moraña

MORAÑA

LÓPEZ PENIDE

La Guardia Civil busca el arma y descarta el móvil del robo

21 may 2017 . Actualizado a las 18:34 h.

Cuando apenas resta poco más de un mes para que arranque el juicio por el doble crimen de Amaia y Candela a manos de su padre, la violencia volvió a golpear ayer al municipio pontevedrés de Moraña. Una vecina de este concello de algo más de 4.300 habitantes fue la que se puso en contacto, en torno a las diez de la mañana, con los servicios de emergencias para comunicarles que su hermana le acababa de decir que había encontrado muerto a las puertas de su casa a su primo, con el que convivía en O Apedrado, en la parroquia de Amil.

El cuerpo sin vida de Agustín Chayán Silva, Agustín do Carballal, de 83 años, presentaba innumerables signos de violencia física en su cuerpo. A falta de que se le practique la autopsia en el Instituto de Medicina Legal de Galicia (Imelga) de Pontevedra, que estaba previsto que se realizara entre la tarde de ayer y la jornada de hoy, todo apunta a que buena parte de las lesiones, entre ellas las más graves, fueron causadas con un arma blanca.

EMILIO MOLDES

De hecho, las sospechas de la Guardia Civil apuntan en la dirección de que pudo emplearse un cuchillo de grandes dimensiones que, al cierre de esta edición, aún no había sido localizado. No se descarta que el autor del crimen hubiese cogido un cuchillo en la misma casa en la que residía el fallecido junto con una prima y la hija de esta. En este punto, uno de los aspectos que deberán concretar los forenses es el momento en el que se produjo la muerte, toda vez que las primeras impresiones apuntan a que Agustín Chayán pudiera llevar ya algún tiempo muerto.

No parece un robo

Por su parte, los investigadores del instituto armado han descartado el robo como móvil, por lo que están centrando sus indagaciones en el círculo de allegados más cercano al fallecido. Por el momento, no hay detenidos, ni investigados, si bien la Guardia Civil ya les ha tomado declaración a algunas personas para tratar de echar algo de luz a cuál fue el desencadenante del crimen.

Muy querido entre los comuneros de Amil, estos aluden a su discreción y vida tranquila. Relataron que de niño fue criado por la propietaria de la casa donde ayer encontró la muerte, que era unos veinte años mayor que él y con la que, con el paso del tiempo, terminó casándose. Años después, cuando ya había enviudado, se fueron a vivir a este inmueble su prima, que tiene una edad semejante a la suya, y la hija de esta, diagnosticada de una patología psíquica. De hecho, una ambulancia del 061 tuvo que trasladarla ayer a la unidad de Psiquiatría del Hospital Provincial de Pontevedra, donde por la tarde noche seguía ingresada.

Pese a la brutalidad del crimen, hubo algún vecino de O Apedrado que no mostró mucha sorpresa. «Isto víase vir», señaló, y aseguró que «había jaleo todos os días». Eso sí, precisó que estos supuestos encontronazos de la hija de su prima con Agustín Chayán eran, en gran parte, consecuencia de la patología que esta padece.