«No parece un enfermo mental, sino alguien absolutamente consciente»

Elisa Álvarez González
Elisa Álvarez SANTIAGO / LA VOZ

MORAÑA

CÉSAR QUIAN

Con la cautela que corresponde, el psiquiatra Luis Ferrer sostiene que por los datos que han trascendido, el parricida tendría responsabilidad total sobre sus actos

04 ago 2015 . Actualizado a las 14:41 h.

Ex jefe de los servicios mentales de los complejos hospitalarios de A Coruña y Santiago, Luis Ferrer i Balsebre (Madrid, 1957), ocupa también uno de los sillones de la Real Academia de Medicina y Cirugía de Galicia. Por la información que ha trascendido del parricida de Moraña, el psiquiatra no ve en él una enfermedad mental en sentido estricto, sino un trastorno de la personalidad.

-¿El crimen tiene características que apuntan a una persona con una enfermedad mental?

-No, en principio apuntan hacia un individuo con un cuadro de trastorno de personalidad. Pero este trastorno no es una entidad clínica en sí misma, es, por así decirlo, una forma de estar en el mundo, una forma fuera de la norma.

-¿Pero no es una patología?

-No en sentido estricto. El trastorno de la personalidad era lo que antes se conocía como psicópatas. La definición del psiquiatra Kurt Schneider avanzaba que eran formas distintas, anormales en el sentido estadístico, de estar en el mundo. Después se ha ido desgranando con diferentes adjetivos, en este caso personas violentas que no tienen ninguna empatía con el otro, y se encuadran en lo que llamamos antisociales. Sin conocer el caso, parece esto. Pero no es una enfermedad mental en sentido estricto, es decir, hay libertad absoluta para hacer o no hacer, no están impelidos a hacer lo que hacen porque haya algún síntoma de tipo psicótico, como voces o delirios, sino que hay cierta capacidad volitiva (de voluntad).

-¿Son plenamente conscientes de lo que van a hacer?

-Absolutamente conscientes, absolutamente conscientes. No son conductas mediadas por un síntoma psicopatológico, porque hay una capacidad de planificación y una estrategia. Por lo tanto hay una responsabilidad en principio, salvo que se demuestre lo contrario, absolutamente total. En la historia de esta persona hay dos antecedentes de agresión a una médico y a su exmujer, por lo que se ha publicado, y es que hay dos rasgos significativos en este tipo de personalidades, la bajísima tolerancia a la frustración, que desencadena conductas en cortocircuito que les lleva a una conducta totalmente desproporcionada frente a la frustración; y el otro es la falta de empatía. Una persona capaz de matar a las niñas con una radial no tiene la más mínima capacidad de ponerse en el sitio de ellas.

-¿Refleja algo el hecho de que haya comprado el arma, o que el crimen fuese un día antes de entregar a las niñas a su madre?

-El que utilice un método tan cruento apunta a una agresividad y una violencia contenida de este hombre tremenda, porque no busca matar, sino destruir. Si tuviese otras características parecería psicótico, como si una voz le dijese que tiene que destruirlas, pero no habiendo en principio ninguna información acerca de que pueda sufrir esa patología, es lo que diría.

-Son comunes los intentos fallidos de suicidio después en estos casos, ¿son intentos falsos?

-No, es real dentro de la impulsividad totalmente descabalada.

-¿Puede el presunto parricida haber sido buen padre?

-Puede haber sido buen padre, salvo cuando le tocan esa frustración. En ese momento pasa de ser un padre aceptable a un asesino, pero no necesariamente tiene que estar permanentemente alterado, si no tiene ninguna frustración. Y ese es otro dato que apunta a que no es una enfermedad mental en sentido estricto, porque un enfermo mental no puede llevar una vida normal.

-¿El hecho de difundirse su condición sexual pudo ser un desencadenante?

-No lo sé, pero ya estaba separado y la amenaza a su mujer era de antes, no creo que pueda haber sido un desencadenante.