La exmujer del parricida de Moraña reclama justicia y pide tranquilidad

C. G. De burgos, L. Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

MORAÑA

REBECA TIZÓN

El Juzgado de Caldas comenzó ayer la toma de declaraciones a testigos del doble crimen

04 ago 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Visiblemente afectadas y con ojos llorosos acudieron la alcaldesa de Moraña, Luisa Piñeiro (PP), y la concejala del BNG en ese municipio, Eva Villaverde, ambas diputadas provinciales, al minuto de silencio convocado por la Diputación de Pontevedra. Piñeiro Arcos, amiga íntima de la familia de las niñas muertas a manos de su padre, recibió muestras de cariño por parte de toda la corporación provincial. Pidió dos cosas: «Justicia, que es lo que tenemos que hacer ahora», y calma. «En nombre de su madre, que acabo de hablar con ella, transmitir mucha tranquilidad. Todo tiene que llevar al fin, que la Justicia nos va a decir cuál es, y confiamos en ello. Que se transmita a toda la sociedad tranquilidad, como condición de ser humano que somos, y no estas barbaridades que pasan en algunos sitios». La regidora popular aseguró sentir «una tristeza muy grande» y «mucha pena». «Es que no tengo palabras para describir lo que ha pasado ahí», manifestó.

También Villaverde Pego tuvo unas palabras de apoyo para Rocío Vieites, la madre de Candela y Amaia: «A prioridade neste momento teñen que ser as vítimas, neste caso as familias e, sobre todo, Rocío, que é unha nai que o ten que estar pasando moi mal. Non é unha estatística, é unha persoa, e creo que as persoas que estamos nas institucións neste momento temos que traballar e poñer á súa disposición todos os recursos e todos os medios posibles», dijo la edila nacionalista y diputada provincial.

Sin salir de la ciudad del Lérez, a escasa distancia de la Diputación, el Concello de Pontevedra se sumó a las muestras de repulsa por el parricidio. Si el silencio a las puertas de la casa consistorial puso de manifiesto el rechazo frente a este tipo de crímenes, de igual modo la voz entrecortada del fiscal del caso, que a duras penas pudo contener la emoción, fue lo suficientemente elocuente de un suceso cuya brutalidad nadie atina a comprender o explicar y que ha conmocionado a la sociedad morañesa.

Sin dilaciones, la jueza instructora ha decretado el inicio de la toma de declaración a los posibles testigos. Si inicialmente estaba previsto interrogar ayer a solo dos personas, finalmente fueron tres. Desde el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) precisaron que uno de los testigos citados por el Juzgado Mixto número uno de Caldas «acudió acompañado y se decidió tomarle también declaración a esta persona por lo que pudiese aportar a la causa».

Desde el TSXG añadieron que, «dado que la causa sigue declarada secreta, no podemos especificar más sobre su identidad». A este respecto, las distintas fuentes consultadas reseñaron que, a lo largo de las próximas jornadas, comparecerán en sede judicial nuevos testigos procedentes del entorno íntimo del detenido y de su exmujer. De hecho, previsiblemente, esta última también tendrá que prestar declaración, si bien, en su caso concreto, no se descarta que la comparecencia se practique en su domicilio particular. De igual modo, entre los testigos que podrían tener que contestar a las preguntas del fiscal, la defensa y la jueza instructora se encontrarían vecinos, las primeras personas que accedieron a la casa donde se cometió el crimen y el compañero sentimental de David Oubel.

Con respecto al detenido, el representante del ministerio público pontevedrés remarcó que la petición de prisión permanente revisable «legalmente es lo que procede. No voy a entrar en su constitucionalidad o inconstitucionalidad, pero el artículo 140 del Código Penal actual prevé esa pena para cualquier delito de asesinato que se cometa sobre una persona menor de 16 años, por lo tanto lo único que haría sería aplicar la ley». Añadió que «el procedimiento sigue y se están practicando diligencias», si bien evitó aludir al contenido de las mismas.

Investigación judicial

Por otro lado, fuentes próximas a la instrucción judicial remarcaron que esta es relativamente sencilla, aunque está marcada por la dureza del suceso. Es algo a lo que incluso aludió ayer el fiscal del caso al señalar que «algunas de las personas que vienen aquí a testificar están haciendo un esfuerzo bastante grande porque no son ajenas al drama que ha ocurrido el viernes pasado. Es una situación muy delicada para ellas». Visiblemente emocionado, destacó que los testigos, «de alguna manera, están colaborando un poco en una investigación que es bastante dura para ellos. Es una investigación dura, desde el punto de vista humano, para todos, incluso yo».