Cuatro ríos y toneladas de pluviales saturan las depuradoras comarcales

Marcos Gago Otero
marcos gago PONTEVEDRA / LA VOZ

MARÍN

ramón leiro

El caso más inusual está en Dena, donde el mar se filtra a la red de saneamiento

05 mar 2017 . Actualizado a las 05:10 h.

Todas las depuradoras se la comarca reciben, en mayor o menor cantidad, toneladas de agua de lluvia que tratan de forma conjunta a las residuales porque en las redes de saneamiento de villas y parroquias no existe, en muchos casos, la separación entre fecales y pluviales. Cuando llueve mucho, la situación llega al extremo crítico de saturar la entrada de agua a algunas depuradoras y todo el caudal acaba saliendo por los aliviaderos -muchas veces a las calles y a la ría-. Por si no fuese suficiente, también hay al menos cuatro ríos que se cuelan en los colectores del alcantarillado. Es decir, las EDAR que teóricamente solo debían tratar agua residual, acaban abordando toneladas y toneladas de agua de lluvia y de al menos cuatro ríos. El impacto de los ríos varía sustancialmente desde aquellos que como el Lameira, en Marín, o el Gallo, en Cuntis, entran en las tuberías de forma permanente, y aquellos que lo hacen circunstancialmente como el Gafos, en Pontevedra, o el Loira, también en Marín. La guinda la pone la EDAR de Dena, en Meaño. Aquí y según un informe de Aguas de Galicia, puestos a depurar se depura hasta agua de mar que se filtra en los colectores.

La ciudad de Pontevedra es el casco urbano de la comarca que mejor afronta este viejo problema. Existe una red de 153 kilómetros de aguas pluviales y otros 376 kilómetros de residuales. Solo quedan el 0,45 % de las tuberías en la actualidad con una única red de recogida en la ciudad, pequeños tramos en Loureiro Crespo, Benito Corbal, Fontesanta, Altamira y San Antoniño. La suma no supera los dos kilómetros en todo el casco urbano.

Está pendiente, eso sí, el saneamiento del Gafos, una obra que Concello y Xunta iban a acometer unidas y que, al final, tras desligarse de la obra el departamento autonómico, asumirá Pontevedra en colaboración con la Diputación y dentro de un plan que permitirá también sanear Mourente, hasta un total de dos millones de euros, coste que se reparten a partes iguales la Administración local y la autonómica.

El Gafos, hasta que esta obra esté hecha, se sigue filtrando al colector y depurando en la EDAR de Os Praceres. La obra está en fase de licitación y los trabajos se espera que empiecen este año en el Gafos -Mourente está casi rematado ya-.

Marín es como un coladero. La red unitaria abarca gran parte del casco urbano, y en muchas calles donde hay colectores separados, a las tuberías sigue llegando agua de lluvia procedente de vías antiguas que se encuentran a un nivel superior y que al derivar hacia la red principal acaban incrementando el caudal. Para colmo, el colector general se queda pequeño, los bombeos fallan muchas veces y el Lameira entra siempre porque el colector va por el medio del cauce desde Coirados hasta A Banda do Río.

La consecuencia se ve cuando rebosa la red y se forman considerables balsas de agua junto a los lombos de la plaza de Marqués de Valterra. Marín tiene programado con Augas obras por valor de cuatro millones de euros para poner fin a esta situación que, además, contamina la ría.

En Cuntis, el alcalde, Manuel Campos, lamenta que la Xunta hiciese una inversión de 1,2 millones que «tivo un resultado nulo» y reclama otras medidas más eficaces. Sigue entrando agua de lluvia y sigue entrando el río Gallo. En Ponte Caldelas, el regidor Andrés Díaz, señala que la red es bastante deficiente y la inversión necesaria es grande. En Bueu, se ha avanzado mucho, pero aún queda un colector viejo en Pazos Fontenla. También se exigen mejoras en la EDAR de Cabalo a la Xunta.