Los comuneros califican a Medio Ambiente de «okupa» y exigen su marcha de Castiñeiras

Marcos Gago Otero
marcos gago MARÍN / LA VOZ

MARÍN

JOEL MARTINEZ

San Xulián le reprocha el grave deterioro del lago y su entorno

19 ene 2017 . Actualizado a las 16:42 h.

«Okupa». Así de claro calificó ayer a la Consellería de Medio Ambiente el presidente de los comuneros de San Xulián de Marín, Manuel Estévez, para criticar con dureza la falta de implicación de la Xunta con el entorno del lago de Castiñeiras. El que fue durante décadas uno de los símbolos turísticos de la provincia, ha caído en el abandono. Esta circunstancia no evita que Medio Ambiente mantenga en Castiñeiras lo que debiera ser una de sus instalaciones estrella: el único centro de recuperación de la fauna silvestre de la provincia. Sin embargo, el entorno ofrece un aspecto bastante desaliñado y los sucesivos compromisos de la Xunta con los comuneros de Marín y Vilaboa no solo no se han cumplido, sino que Medio Ambiente quiere llevarse el centro de fauna salvaje a Cotobade-Cerdedo.

Este traslado lo anunció el año pasado la conselleira de Medio Ambiente, Beatriz Mato, y, aunque los meses se han ido sucediendo, ni se han iniciado las obras en Cotobade-Cerdedo para reubicarlo, ni se ha mejorado Castiñeiras. Los comuneros, que han visto con impotencia desmoronarse el proyecto de un gran jardín botánico y área ambiental en el entorno del lago, precisamente por la falta de inversión de la Xunta en esta iniciativa, están hartos.

Estévez recalcó que el último convenio con Medio Ambiente venció en el 2013. En los siguientes cuatro años, «no se firmó nada con la Xunta, no nos propuso nada y, si se quieren ir, que se vayan de una vez. Ahora son unos okupas», destacó el dirigente comunero. Estévez no está dispuesto a dejar que esta situación se perpetúe hasta que a la consellería no le haga falta el lago. Sabe que esta es la oportunidad que tiene, quizás la última, de conseguir aunque sea un pellizco de inversión para este entorno natural, visitado por miles de personas todos los veranos.

Los comuneros se reunieron con los responsables de la consellería en varias ocasiones desde que se anunció el traslado del centro de fauna silvestre. La Xunta se comprometió a hacer una serie de actuaciones a modo de compensación por el uso de una parcela que lleva cuatro años utilizando a cambio de nada. En opinión de Estévez, se trata de palabras que se ha llevado el viento. «El vallado está caído, no hay mantenimiento, la presa tiene filtraciones y el lago sigue sin limpiarse de fango», lamenta.

Por todo esto cree que la calificación de «okupa» para Medio Ambiente está más que justificada y advierte a la consellería de que está obligando a los comuneros a tomar medidas drásticas: una denuncia de desahucio en el juzgado.