El buque de los refugiados parte a Siria

Marcos Gago Otero
marcos gago MARÍN / LA VOZ

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MARCOS GAGO

Capitanía libera el barco tras el pago de los salarios adeudados a todos los tripulantes

03 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El Lady Boss, el barco al que pertenecían siete tripulantes sirios que solicitaron el estatus de refugiados políticos en España, está ya en alta mar. La Capitanía Marítima de Vigo, de la que depende el puerto de Marín, dio la autorización al buque para que levase anclas después de que el sindicato internacional del transporte ITF informase de que el armador había efectuado el pago de los salarios adeudados a la tripulación. El mercante se encontraba ayer por la tarde navegando en dirección sur frente a la costa de Portugal, según se reflejaba en el portal de navegación marítima Marinetraffic. El Lady Boss entrará en el Mediterráneo para hacer una escala en el puerto de Cartagena y, después, continuará su periplo hacia Siria, el país del que procedía la mayor parte de su tripulación. Por su parte, los siete solicitantes de asilo político se encuentran en A Coruña, adaptándose a la vida en España y a la espera de la decisión definitiva del Ministerio del Interior sobre sus casos.

La odisea del Lady Boss comenzó con su atraque en el puerto de Marín el pasado 17 de noviembre. El capitán comunicó a la tripulación de que el mercante pondría rumbo para Siria como rumbo final del buque, lo que provocó una honda preocupación entre varios integrantes de la dotación, que querían evitar a toda costa entrar en territorio sirio. La razón de esta inquietud es que en el país asiático, según ellos mismos relataron a los funcionarios de Inmigración española, les esperaba el reclutamiento forzoso -Siria está envuelta en una cruenta guerra civil- o incluso la muerte porque habían dejado su patria para evitar tener que ser reclutados. Seis tripulantes, a los que luego se sumó uno más, pidieron el asilo político en Marín.

Inmediatamente después de conocerse estas solicitudes, la Policía Nacional subió al barco para tomarles declaración, con la asistencia de dos abogados de oficio y de la representante sindical de la ITF en Galicia, Luz Baz. Durante los días que duró la revisión de sus peticiones de asilo, los siete sirios no pudieron bajar del barco, aplicando los protocolos de seguridad que impone la ley española. De hecho, la empresa consignataria tuvo que contratar a personal de vigilancia privada para custodiar el barco.

Finalmente el jueves 17 por la tarde Interior informó a los afectados de que sus casos se habían admitido a trámite. Al día siguiente, los agentes de Inmigración subieron a Lady Boss y les entregaron sus tarjetas rojas, que es como se denomina a los permisos temporales de residencia en España. Este documento les dio autorización para moverse libremente por el territorio español, pero los siete afectados no abandonaron el buque porque, como explicó la portavoz de la ITF, el armador les debía varios salarios y temían que no los fuesen a cobrar si se iban. Por otra parte y como medida preventiva, la Capitanía, como parte de los acuerdos internacionales suscritos por España, inmovilizó al barco hasta que todos y cada uno de sus tripulantes cobrase sus deudas.

El pago de los salarios pendientes a los siete refugiados sirios se llevó a cabo el martes 22 y ese mismo día se subieron a un tren rumbo a la ciudad de A Coruña, donde se adhirieron al programa de primera acogida de la oenegé Accem, que mantiene una estrecha colaboración con el Ministerio de Empleo para la atención de este tipo de situaciones. La presidenta de Accem, Carmen Vázquez, explicó que los siete siguen alojados temporalmente en la ciudad herculina, pendientes de que Empleo les asigne una plaza, que puede ser en cualquier autonomía, no necesariamente Galicia, ni tampoco tendrán que estar todos juntos. «Están contentos y bien, en el hostal están encantados con ellos, son muy respetuosos», incidió Vázquez. Accem les proporciona también atención legal, asesoramiento y aprendizaje el idioma.

Por su parte, la ITF siguió tramitando el pago al resto de los sirios que se quedaron en el barco y que no tienen inconveniente en seguir hacia Oriente Medio. Su tripulación se completó con cuatro marineros rumanos y el barco, ya liberado, pudo regresar sin problemas al Atlántico.