«No todo el mundo puede decir que trabaja salvando a personas»

Marcos Gago Otero
marcos gago MARÍN / LA VOZ

MARÍN

Un marinense representa en España a una agencia vinculada a la ONU

25 nov 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Capitán marítimo de Tenerife y nombrado esta semana como Embajador de la Organización Marítima Internacional (OMI), Antonio Manuel Padrón (Marín, 1962) tiene una amplia experiencia profesional en el mar.

-¿Cómo lleva su designación de embajador marítimo?

-En primer lugar quiero que quede constancia de mi gratitud a la Dirección General de la Marina Mercante por esta designación para la OMI, que viene a ser un reconocimiento de una trayectoria de muchos años.

-¿Cuál es ahora su cometido en este cargo?

-La profesión de marino es muy vocacional y ahora como embajador marítimo tengo que intentar transmitir a la juventud el interés por las profesiones marítimas, que no solo se refieren a la náutica, sino que hay muchos más sectores implicados. Es una actividad internacional y multidisciplinar, donde tienen cabida desde mecánicos, fontaneros o electricistas a abogados y economistas. Por ejemplo, en un buque de pasaje trabajan profesionales de muchos sectores. Todo esto hace que el mar tenga muchas salidas y es importante que los jóvenes lo sepan. Hay que abrir posibilidades de empleo y que España recupere el lugar que le corresponde.

-¿Por qué escogió esta carrera?

-Yo creo que el escudo de Marín lo dice todo: nostra fortuna in mare. Ese es el lema y me emociono porque ya mis abuelos eran pescadores. Mi procedencia es humilde y al recordar el lema de mi pueblo, solo puedo decir que desde pequeño me acerqué al mar. Una de mis abuelas me decía ?mi capitán?, sin saber lo que iba a ser. He trabajado en tierra y en mar y soy capitán marítimo desde el 2004. Es un sueño llegar a lo más alto de mi profesión. Es un sueño hecho realidad, la culminación de una carrera marítima.

-Usted coordinó el rescate de las oleadas de inmigrantes irregulares a Canarias del 2006 y 2007. Ha recibido varias distinciones. ¿Cómo fue aquello?

-Fue terrible al ver a tantas miles de personas, hasta cerca de treinta mil solo en la isla de Tenerife, intentando llegar por mar. Recuerdo momentos terribles, y las distinciones las he recibido como responsable del operativo, pero se debe al gran equipo de profesionales que hay en Canarias, en los barcos de Salvamento Marítima y en mucha gente. Ellos arriesgaron sus propias vidas para salvar a otros. No es una labor de una persona, sino de muchos. Quiero decir también que en España tenemos un equipamiento de salvamento de lo más moderno del mundo, que no tiene nada que envidiar a los guardacostas de Estados Unidos. Llegaban en embarcaciones llenas, una de hasta 283 inmigrantes a un palmo del agua. Tristemente rescatamos a muchos cadáveres a la deriva en aquellos meses en el mar, pero también tuvimos satisfacciones. No todo el mundo puede decir que trabaja salvando a personas.

-¿Regresa a Marín alguna vez?

-Voy todos los veranos a disfrutar de mi tierra, de las playas y la comida. Tengo familia en Marín y espero poder estar más en Galicia ahora, en los institutos de formación profesional náutica y también en la universidad. Y ya adelanto que estamos intentando solucionar uno de los problemas de los jóvenes marinos en España. Para obtener el título hay que hacer prácticas y hay muchos problemas para que los chicos pasen doce o catorce meses embarcados en los barcos. Me he reunido con empresarios de Corea, que tienen una flota muy importante, para facilitar que, en base a un convenio, nuestros jóvenes puedan embarcar para hacer prácticas en sus barcos.

-¿Qué es lo primero que hacer al volver a su villa natal?

-Me gusta aprovechar las vacaciones para descansar y lo primero que me gusta es comer unas buenas sardinas asadas con cachelos. Me encanta ir a la playa y también pescar.