Fuentes donde todavía se hace cola

Marcos Gago Otero
marcos gago SANXENXO / LA VOZ

MARÍN

Los tres surtidores de la fuente de Fontoira, en Sanxenxo, se ven muchas veces insuficientes ante la avalancha de usiarios.
Los tres surtidores de la fuente de Fontoira, en Sanxenxo, se ven muchas veces insuficientes ante la avalancha de usiarios. rebeca tizón< / span>

El manantial de Fontoira, en Sanxenxo, y el surtidor de Mogor, en Marín, atraen todos los días a cientos de personas para abastecerse de agua

29 jul 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Pocas cosas se agradecen más en días soleados que poder echarse un trago de agua fresca cuando se camina por el monte o se vuelve de la playa. El uso de las fuentes se multiplica en verano por motivos evidentes, pero hay un selecto grupo de manantiales que mantienen el interés de los vecinos todo el año y que atraen, por su fama, incluso a personas de otros municipios. Son la élite de las fuentes y los concellos miman su estado, conscientes de que también contribuyen a su promoción turística. Son de origen natural y están abiertos al público bajo la supervisión de los Ayuntamientos, que las analizan de forma periódica. Y cualquier decisión política o ambiental que las afecte levanta pasiones. Es materia sensible, porque aunque los grifos no estén en las casas, la gente las siente como suyas.

En lo más alto de este escalafón acuífero se encuentra la fuente de Fontoira, en la carretera de Sanxenxo a Vilalonga, junto a la rotonda que enlaza la Vía do Salnés, el Carrefour y las gasolineras. Este manantial, provisto de tres surtidores, goza de tanto predicamento entre vecinos y visitantes que a veces hay que guardar cola.

Fontoira es un mar de gentes que se acercan, unos en coche y otros a pie con sus botellas y garrafas para degustar un agua de la que presume todo Sanxenxo.

Maite Ferreirós, vecina de Toledo, explica que le gusta este agua porque es fresca y recalca que siempre le ha llamado la atención. «Donde yo vivo el agua es escasa y aquí chorrea las 24 horas al día, siempre venimos cuando nos hace falta», matiza.

Fue salir para coger su coche, cuando su puesto ya lo ocupó otra persona, Rosana Díaz, vecina de Portonovo. Ella no tiene dudas tampoco de por qué venir a Fontoira. «É un auga boa e sempre podo vir cando queira».

Manuel Aboy está veraneando en Sanxenxo aprovechando las vacaciones de julio. Ayer se acercó a la fuente cargado con dos bolsas llenas de garrafas y botellas de diversos tamaños. «Eu veño a esta fonte, entre outras cousas, porque é gratis», resalta. Este vecino de Os Martores, en Valga, resalta que el agua de Fontoira le recuerda a la de su parroquia. ¿Con qué frecuencia viene a este manantial? «Cando me manda a muller», bromea, «unha media de dúas veces por semana».

En el trasiego de personas que se acercó a media mañana a Fontoira está también José Ramón Balboa, de Sanxenxo. «Veño aquí porque este auga é moi boa, e é moi cómodo collela». Señala que se para en el surtidor cuando viene del trabajo y su caso no es el único. Esta fuente es tan famosa que hay gente que si pasa delante, aunque sea para ir del trabajo a casa, no desperdician la oportunidad de darse un trago o de llenar una garrafa.

Al otro lado de la ría, al pie de la carretera que une Marín con Bueu, se encuentra el lavadero de Mogor. Su fuente también es famosa y es raro el momento en que no hay un coche aparcado con alguien llenando botellas.

En Poio pasa lo mismo con fuente Vaqueiro y en las marismas de Alba se halla la más frecuentada de la ciudad de Pontevedra. En la capital, la importancia de estos surtidores ha quedado relegada, pero su pasada importancia subsiste en el refranero. En la praza da Ferrería, en pleno corazón pontevedrés, se lee en grandes letras el principio de aquel refrán que reza «Pontevedra é boa vila, que da de beber a quen pasa».