El futuro de la enseñanza pasa por el Aurelio Marcelino Rey

c. pEREIRO CUNTIS / LA VOZ

CUNTIS

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La Xunta premia al CPI por su impecable labor en la búsqueda de nuevas formas de aprendizaje

07 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Bajo la apariencia de pequeño colegio, el CPI Aurelio Marcelino Rey de Cuntis esconde una gigantesca plantilla de profesores y directivos. Ellos han sido, en gran medida, los responsables de que la Consellería de Cultura, Educación e Ordenación Universitaria premiara al centro con el 2º Premio Plan Proxecta de Innovación Educativa, dotado con 4.000 euros.

Dentro de la categoría B, con cuatro galardonados, es el único CPI, teniéndoselas que ver con IES de toda la comunidad autónoma, lo que en la práctica se traduciría en instalaciones más grandes, con más alumnos y, en teoría, con mayores facilidades para implantar planes y programas educativos novedosos.

El Aurelio Marcelino sacó músculo y se hizo con un premio que le ha propiciado el cariño y los abrazos de toda la villa termal. Al fin y al cabo, muchos de los ahora adultos de Cuntis crecieron entre sus paredes.

María José González es la coordinadora del Plan Proxecta en el CPI de Cuntis. Se trata de un ambicioso programa compuesto por once proyectos diferentes que integran una idea básica, la de enseñar con algo más que libros, deberes y sermones. MeteoCuntis, Sogama, Xogade, Dafis, Salvavidas, Clases Sen Fume, Alimenta-T Ben, O Mundo que Queremos, Ríos, Terra, y Paisaxe e Sustentabilidade son sus títulos.

El Plan Proxecta lleva aplicándose a lo largo de estos últimos cuatro años en el centro para todo su alumnado, incorporando nuevas propuestas cada curso. Por ejemplo, en el que acaba de finalizar, Alimenta-T Ben promovía la alimentación saludable y la creación y consumo de bocadillos vegetales, no solo de embutidos. Todo ello a través de talleres con chefs invitados, charlas, murales y recetas.

En palabras de la coordinadora, el CPI trata de salirse de las clases habituales e integra el ambiente y el entorno de Cuntis a las mismas. Excursiones a los ríos cercanos para conocer la flora y la fauna autóctona, o una visita anual a la estación meteorológica de Xesteiras. «Tratamos de que os alumnos sigan traballando despois de saír das aulas pero non con deberes, senón con cosas sinxelas e útiles coma a reciclaxe ou xogando a un trivial sobre o clima na casa», explica González.

Un pequeño colegio del rural, con apenas 400 alumnos, sin bachillerato, que Galicia ha tenido que reconocer como un soplo de aire fresco a la hora de educar a las nuevas generaciones.