Una perrera convertida en protectora

C. Pereiro CUNTIS / LA VOZ

CUNTIS

CARLOS PEREIRO

Dos años de papeleo ha tardado un vecino de Cuntis en legalizar su situación

29 abr 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El Concello de Cuntis carece de perrera municipal o protectora de animales, al igual que los ayuntamientos colindantes. Uno de sus vecinos, asqueado por la situación y sin una solución en el horizonte, decidió, hace dos años, montar su propia perrera deportiva. El proceso ha sido una odisea, y ha terminado teniendo que nombrar al lugar como una explotación, cual granja se tratase. En la actualidad da cobijo a una veintena de cánidos, pero llegó a tener el doble.

En la práctica, está gestionada por dos socios, aunque uno de ellos, Juan Luis Couto, se encuentra la mayor parte de su tiempo trabajando fuera de la comunidad. Su hermano, Miguel Ángel Couto, responsable también de Protección Civil en la villa termal, así como el padre de ambos, se encargan de vigilar que todo siga en su sitio durante su ausencia.

La pasión por la caza del jabalí de Juan Luis hizo que fuera acogiendo diferentes perros abandonados para este uso. En su día, dio acogida a 80 perros en los terrenos de su casa particular. Legalmente no era una situación viable, así que comenzó la construcción de su actual perrera deportiva. Ha tardado cerca de dos años en poder legalizar completamente el recinto.

«Foi un proceso longuísimo», reconoce Miguel Ángel. «Moitos dos cans que aquí están son os que fomos atopando polo municipio. Se meu irmán ten sitio e pode, acólleo para darlle unha segunda vida».

La ley establece unos rígidos parámetros, como la creación de habitáculos de unos metros cuadrados específicos, y que tengan un lugar elevado donde los canes puedan dormir. Tampoco pueden tener un techo totalmente cerrado, y cada «habitación» tiene su propio desagüe que va a una fosa construida para la ocasión. Así, situándose a unos metros de un río del que poder obtener agua, Augas de Galicia también tuvo que dar su visto bueno al asunto, al solicitar la instalación de un motor que permitiera bombear agua del torrente. «Por suposto, todo isto saíu do seu peto. Non hai ningunha subvención, máis ben todo o contrario, un montón de trabas e papeleo».

Seprona y veterinarios de la Xunta pasan revista al lugar cada poco tiempo. Todos los perros están convenientemente vacunados y chipeados, a excepción de los que en algún momento pasan un par de noches aquí tras aparecer sin dueño. Luego, Protección Civil da el aviso y la Xunta se hace cargo.

El Balneario de Cuntis colabora con Jose Luis, donándole regularmente su comida sobrante, al fin y el cabo, es mejor que sirva para una buena causa antes de que acabe en el vertedero.

La temporada de caza del jabalí deja cientos de perros abandonados por toda la comarca. Jose Luís ha tratado, en los últimos años, de ir acogiendo y ayudando a los que ha podido. Aunque la estadística es fría, y es obvio que no puede dar de alimentar a todos, un gasto, que junto a medicinas y vacunas, se antoja elevado, como poco.