Localizan al final de un barranco el cuerpo sin vida del desaparecido

Tras varios días de búsqueda intensiva, ayer la desaparición de Manuel Calvo Garrido, de 84 años de edad, tuvo el peor de los desenlaces posibles. A media mañana, la dotación de un helicóptero de la Guardia Civil que participaba en las labores de rastreo avistó el cuerpo sin vida de este vecino de Cotobade-Cerdedo al fondo de un barranco en las cercanías del río Lérez.

El cadáver se encontraba en una zona agreste, de difícil acceso y con multitud de maleza del lugar de Atalaia. Es por ello que la Guardia Civil optó por solicitar la colaboración del Equipo de Rescate e Intervención en Montaña (EREIM) del instituto armado que tiene su base en A Pobra de Trives (Ourense). De este modo, los agentes pudieron alcanzar el cuerpo y trasladarlo hasta un punto donde ya el helicóptero pudo evacuarlo hasta el campo de fútbol de Viascón, parroquia en la que el fallecido residía. Acto seguido, se procedió al levantamiento del cadáver.

Las primeras impresiones apuntan en la dirección de que se trata de una muerte accidental, toda vez que no hay, en principio, indicios de violencia. En todo caso, se trata de circunstancias que tendrán que determinar ahora los forenses.

En este sentido, la hipótesis más extendida es que el pasado jueves, Manuel Calvo hubiese acudido a este punto del Concello de Cotobade-Cerdedo para pasear y ver alguna finca familiar. No se descarta, por tanto, que le hubiera sorprendido la noche y se hubiera desorientado produciéndose la caída.

Desde entonces, más de un centenar de personas a título particular, voluntarios de Protección Civil y agentes de la Guardia Civil se volcaron en su búsqueda.

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