La Edad de Bronce se visita en Pontevedra

Carlos Pereiro PONTEVEDRA / LA VOZ

CAMPO LAMEIRO

Representación en Campo Lameiro de un antiguo asentamiento castrexo
Representación en Campo Lameiro de un antiguo asentamiento castrexo . C. Pereiro

Tanto el yacimiento de Castrolandín como el parque de arte rupestre de Campo Lameiro permiten, con un simple paseo, viajar a otro tiempo

05 may 2016 . Actualizado a las 05:05 h.

La provincia de Pontevedra es rica en petroglifos y otros recuerdos de nuestro pasado prehistórico. Cada poco tiempo, se localizan e identifican nuevos restos. Tanto Cuntis como Campo Lameiro han reconocido su importancia arqueológica y han conseguido crear dos espacios, con formas y recursos diferentes, que nos permiten viajar en el tiempo, hasta ese momento en el que nuestros antepasados vivían en castros y pallozas.

Apenas a un par de kilómetros de la villa termal, aparece Castrolandín. Se levanta en una loma de 251 metros, donde se estableció hace 2.500 años una cultura castrexa, aunque su nacimiento pudo datarse en el siglo IX antes de Cristo. En la actualidad, se encuentra bajo el techo de la fundación Terra Termarum Castrolandin, que vela por su preservación y cuidado. No hace falta ningún tipo de permiso o entrada para visitarlo, basta aparcar el coche y, a través de los carteles presentes en el lugar, conocer la historia de estos restos que nos encontramos. Se ha construido también una palloza, en representación del antiguo modelo de vida. Partes de la muralla, la entrada y viviendas son perfectamente visibles. La zona está limpia y a salvo de vándalos, recordando el factor defensivo y estratégico con el que se erigió. La fundación recuerda que para excursiones de grupos, o visitas guiadas, pidan antes su consentimiento. El número de contacto sería el 986532668.

El Parque Arqueolóxico da Arte Rupestre de Campo Lameiro es, sin duda, un paso más allá a la hora de disfrutar de nuestra historia. Alrededor de este lugar, Campo Lameiro ha sabido captar la atención turística y ha creado unas instalaciones adaptadas al siglo XXI pero que consiguen recrear una experiencia única.

Con la llegada del buen tiempo, son muchos los centros escolares que estos días se encuentran pasando su jornada en el parque. Un día que no tiene desperdicio. Y es que según reconocen los propios profesores «es una experiencia muy enriquecedora».

El parque cuenta con un gran edificio que funciona a modo de recepción y museo. En su parte exterior, los guías y monitores realizan su trabajo. Así, tendríamos una visita teórica, en la que se repasan los fundamentos de los pueblos que vivieron en estas tierras, y una parte práctica, en la que se enseña a hacer un fuego con nuestras manos, o a lanzar artesanales jabalinas contra murales de jabalíes. Lo cierto es que las miradas de los escolares son para enmarcar.

Con casi 22 hectáreas de extensión, Campo Lameiro ofrece un extraordinario paisaje cultural que dota de contexto ambiental a sus petroglifos, y que también permite pasear por una representación de un pequeño poblado. En total, el recorrido puede llegar a ser de varios kilómetros.

El neolítico y la edad de Bronce viven aún en nuestro tiempo, sea en Castrolandín o en Campo Lameiro.