«Fue tremendo, pensé que se nos caía la casa encima»

Cristina Barral Diéguez
c. barral PONTEVEDRA / LA VOZ

CALDAS DE REIS

CAPOTILLO

Un corrimiento de tierras por las lluvias mueve una piedra de más de 20 toneladas contra una vivienda

12 ene 2016 . Actualizado a las 08:11 h.

El susto que se llevó ayer un matrimonio del municipio pontevedrés de Caldas de Reis fue importante. Eran las nueve y media de la mañana. Aurora Abalo y su marido, José Beloso, Pepe, estaban desayunando en su casa de la parroquia de Godos cuando un estruendo les aceleró el corazón. La sorpresa fue mayúscula. Con la historia ya digerida, la mujer lo contaba por la tarde a La Voz, ya más tranquila e incluso haciendo gala de su buen humor. «El ruido fue tremendo, estábamos desayunando y pensé que se nos caía la casa encima», comentó.

Cuando salieron al exterior de la vivienda vieron una piedra de grandes dimensiones empotrada en el portal de la finca, aplastando una columna de hormigón. La roca estaba situada en otra finca de un vecino. La hipótesis más probable es que un corrimiento de tierras provocado por las intensas lluvias caídas el domingo -en Caldas, hasta las diez de la noche se habían acumulado 79,6 litros por metro cuadrado- moviera la piedra por su base y la desplazara hasta la casa de Aurora y Pepe.

«Se supone que fue el temporal, se supone. La piedra no estaba fija y se vino para adelante», señaló Aurora. ¿Y cuánto puede pesar? «Ay, ni idea, pero mucho. Esto no es capaz de moverlo ni una grúa, tendrán que trozearla para poder sacarla de aquí». Otras fuentes consultadas apuntaron que la roca supera fácilmente las veinte toneladas de peso. Tras el impacto de esa enorme piedra, el portal de la vivienda ya no abre ni cierra. «Tampoco sabemos si la columna está dañada», añadió Aurora.

En la parroquia de Godos no se hablaba ayer de otra cosa. Otro vecino de la parroquia, José Manuel Suárez, indicó que poco antes del desplazamiento de la piedra acababa de pasar por la pista, próxima a la iglesia, un hombre con su coche que se dirigía a una casa situada más abajo. «Salvouse polos pelos», remachó.

Aurora admitía la expectación que ha creado el suceso. «Uff, es tremendo. Viene la gente a verla y yo misma hice fotos, lo que pasa es que no las sé subir a Facebook. Podéis venir a verla si queréis».