«Con solo mirarnos sabemos cómo actuar»

Cristina Barral Diéguez
cristina barral BUEU / LA VOZ

BUEU

paula chapela

Bis Lago, que lleva veintidós años como conductor del 061 en Bueu, relata como evolucionó su trabajo

25 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

«Por una chiripa». Así acabó José Luis Lago Benavides, Bis (Ourense, 1965), como conductor de una ambulancia del 061 en Bueu. Desde esa «chiripa» han pasado ya veintidós años. Bis, al que el apodo le viene de su niñez -«A mis hermanos les resultaba más fácil decir Bis que José Luis»-, asegura que es imposible saber cuántos kilómetros ha hecho en ese tiempo al volante del coche, como llaman ellos a la ambulancia. «Te puedo decir que dejé una ambulancia con 700.000 kilómetros, pero es imposible hacer una cuenta real», señala.

¿Y cómo pasa uno de trabajar en una plafaforma petrolífera en el Mar del Norte a ser técnico en emergencias sanitarias (denomianción actual? «En la plataforma era marinero, pero no como los de aquí. Me encargaba de tirar tubería y cortar gomas», recuerda. En 1994 la Xunta cedió una ambulancia al Concello de Bueu. «Era un servicio concertado con Ambulancias de Galicia y había que cubrir Bueu además de Pontevedra. Me dijeron si me interesaba y ahí empezó todo». Ese primer equipo lo formaban José María Quintela, ya fallecido, Juan Vieiros, Yuyu, y Bis. Entonces hacían guardias de 24 horas. Eso fue antes de que se creara la fundación 061.

Bis subraya que cuando empezó en su actual empleo no tenía ninguna formación sanitaria. «Tuve interés, me gustaba y por la propia evolución del trabajo hice cursos de técnico sanitario, DESA (desfibrilador externo semiautomático)... Hay que estar en constante reciclaje», comenta.

Cuando se creó el 061, rememora, hubo una «dura lucha» para que Bueu contara con una base permanente. «Esa primera ambulancia se consiguió siendo alcalde Tomás Barreiro». Considera que el hecho de que Bueu sea el último municipio del área norte de Pontevedra, sumado a otras circunstancias, hacen necesario contar con este servicio. Accidentes laborales en el puerto, evacuaciones de la isla de Ons, además de mucha gente mayor con problemas respiratorios y una población que se incrementa en verano son razones que cita.

Bis remacha que la ambulancia está disponible las 24 horas los 365 días del año. Trabajan en turnos de 12 horas. Cuando hay una emergencia, tienen un máximo de tres minutos para salir de la base y arrancar el coche. «Todo queda recogido en el vehículo y en la central del 061». Ahí no puede haber error posible. ¿Cómo se combate un trabajo con ese nivel de exigencia y estrés? «Al principio cuesta, pero los años aportan tranquilidad. De todas formas, hay cosas con las que no puedo y son los niños pequeños, las convulsiones o los traumatismos los llevo mal», admite. Claro que entre las historias que tienen un final feliz también las hay de menores.

Dientes rotos

Se toma unos segundos ante un café y cuenta una anécdota real. Una niña de 8 o 9 años se cayó de una bicicleta bajando Chans, en Cela, y se partió los dientes. «Ya no eran los dientes de leche, sino los definitivos, y cuando llegamos al lugar una viejiña los recogió y nos los dio. Los guardamos en una nevera y se los pudieron implantar. Son los dientes que tiene hoy», apunta.

También es una satisfacción haber salvado a varias personas tras sufrir una parada cardíaca y que no le queden secuelas. Muy importante es la «complicidad» con el compañero: «Cuando hay un accidente hay que seguir un protocolo. Con solo mirarnos ya sabemos lo que tiene que hacer cada uno». Su compañero de turno es Borja, pero el equipo de Bueu lo conforman otros seis, Ángel, Mónica, Antepazo, Aldao, Alfonso y José Manuel.

Bis cree que el trabajo que hacen está valorado socialmente. «Normalmente es el médico el que informa a la familia cuando hay un fallecimiento, pero alguna vez también me tocó. Luego te ven por la calle, te conocen y te dicen ‘‘Ai, filliño, non puideches salvalo’’». Otra experiencia dura fue la huelga de Transa del 2014. Cinco meses y dos ambulancias quemadas. «A día de hoy se desconoce el autor de ese acto vandálico y a quién benefició».