Condenado por agredir a su abuela de 85 años después de que esta le recriminase tener las luces encendidas

l. p. PONTEVEDRA / LA VOZ

A LAMA

El nieto abordó a la octogenaria por detrás en un pasillo y, al tiempo que la empujó, le puso la zancadilla

09 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

«Yo iré para [la prisión de] A Lama, pero tú vas a acabar en el monte». Un vecino de Pontevedra de 38 años acaba de ser condenado a veinte meses de prisión -once meses por un delito de lesiones leves y nueve por un segundo cargo de amenazas, también, leves- tras agredir violentamente a su abuela de 85 años después de que esta le hubiera recriminado que estuvieran «todas las luces de la casa encendidas».

Ocurrió a principios de diciembre del 2015, un año después de que el ahora condenado comenzase a convivir con la víctima, que presentaba problemas de movilidad. Eran las siete de la tarde del 3 de diciembre y el acusado, junto con su novia y un amigo, estaban en el domicilio familiar cuando la octogenaria les pidió a estos últimos que se fueran y apagasen las luces.

Ya solos en la casa, el nieto abordó a la octogenaria por detrás en un pasillo y, al tiempo que la empujó, le puso la zancadilla. Como consecuencia de la caída, la mujer sufrió numerosas lesiones. Acto seguido, el acusado la ayudó a levantarse y esta se refugió en su dormitorio. El condenado cogió un mandil y acudió a la habitación donde estaba la víctima. La sentencia recoge que, entonces, «alzando las dos manos a la altura del cuello [de su abuela], le dijo irónicamente con el fin de atemorizarla: ‘‘¿Verdad que vamos a llevarnos bien?’’».

Atemorizada, la mujer trató de llamar por teléfono a la policía, pero descubrió que su nieto «había desconectado la línea». Así fueron pasando las horas hasta que, sobre las once de la noche, consiguió acudir a la vivienda de una vecina desde la que pudo comunicarse con la comisaría.

Indemnización

La sentencia establece también que el acusado indemnice con 600 euros a los herederos de la octogenaria, que falleció unos meses después de los hechos. En este punto, se insta a la letrada de la Administración de Justicia a que, en fase de ejecución, proceda a averiguar los posibles beneficiarios para notificarles la resolución y que puedan ejercer sus derechos.