A mayores de dotarse de personal, los concellos intentan también contar con medios materiales para hacer frente a la extinción de las llamas si llegan a producirse incendios. Hay algunos municipios que esperan como agua de mayo que la Xunta les conceda una motobomba. Es el caso de A Lama y Caldas. El regidor, Jorge Canda, que acudió a una reunión con la conselleira Ángeles Vázquez en abril, le explicó que A Lama tenía un camión motobomba de treinta años de antigüedad que hace cuatro se estropeó por completo y, desde entonces, ya no cuentan con ese medio. De momento, la Xunta no les entregó uno nuevo. En Caldas, el veterano alcalde Juan Manuel Rey señalaba ayer a este respecto: «Non é só que pidamos unha motobomba, é que creo que coa poboación que temos e os metros cadrados de monte, así como o feito de ter sido un municipio moi castigado polos lumes, nos corresponde ese medio. É unha pena que non nolo concedan», indicó el mandatario.
Por otra parte, el concello que tiene una situación más peculiar en cuanto a la extinción de fuegos y limpieza del monte es Vilaboa. El alcalde, Luis Poceiro, indicaba que el Concello suele cederle un local a Tragsa para que lo utilice como base y centro logístico. A cambio de esta cesión, la empresa con componente público se compromete a limpiar gratuitamente determinadas hectáreas de monte municipal. Poceiro indica que así se hizo en los últimos años, y que el Concello sigue dispuesto a ceder ese local. Aún así, le sorprende que con el mes de junio ya en marcha Tragsa no contactase con él.