«Ver a un niño bloquearse por unas bombas de palenque y no ser capaz de calmarlo es duro»

María Hermida
María Hermida PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

cedida

Mónica Veiga, profesora y familiar de un niño con discapacidad, promovió junto al Concello de Marín que las atraccciones dejasen de tener música una hora para evitar molestias a personas con discapacidad y sensibilidad acústica

15 jul 2019 . Actualizado a las 07:58 h.

Mónica Veiga, vecina de Marín, abordó un día a la concejala Marián Sanmartín con un objetivo claro: que en las fiestas del municipio se tuviese en cuenta lo sensibles que son los niños con determinadas discapacidades a ruidos como la música estridente de las atracciones, en las que suenan muchas canciones juntas procedentes de cada uno de los aparatos. Sanmartín la escuchó y vio que tenía toda la razón, así que habló con los feriantes para que una hora al día no pongan música en las atracciones. Las celebraciones del Carmen están en marcha y Mónica tiene claro que la iniciativa es un éxito: «Vimos subirse a niños con autismo que con la música están nerviosos y sin ella disfrutaron de la atracción», cuenta. Luego, explica por qué está sensibilizada con la necesidad de fiestas inclusivas.

Mónica Veiga es profesora de Pedagogía Terapéutica, por lo que trabaja a diario con niños con necesidades especiales, y además es tía de un crío con discapacidad. Su experiencia familiar le indica que lograr que apaguen la música de las atracciones es solo un primer paso y que hay que seguir dando más: «Ver a un niño bloquearse por unas bombas de palenque y no ser capaz de calmarlo es duro, ver que se escapa corriendo y no es capaz de parar... resulta difícil», indicaba. Luego, piensa en la repercusión que tuvo lo de apagar la música y dice: «Seguiré luchando».