«El problema con la heroína es que los niños no vieron a los zombis del Vao»

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

Ramón Leiro

Temor a que el repunte del consumo de esta droga colapse los servicios sociales

16 feb 2019 . Actualizado a las 20:00 h.

Caballo, jaco, brown sugar, potro, dama blanca, reina... Heroína, en definitiva. La operación desarrollada esta semana en el asentamiento de O Vao ha servido para corroborar, ya no solo la existencia de un mercado de la droga que sobrevive a cualquier operativo policial o intento de descabezamiento, sino que el consumo de esta sustancia está repuntando en toda la comarca de Pontevedra. Y es que como bien señaló la comisaria Estíbaliz Palma, todo es cuestión de mercado. Si hay oferta es porque hay demanda, y viceversa.

Lo cierto es que en su último informe oficial al respecto, el Ministerio del Interior confirmaba esta tendencia al constatar la intervención, a lo largo del 2017, de un total de 524 kilos de esta sustancia estupefaciente, más del doble de lo que se había incautado en todo el año anterior. Y teniendo en cuenta el hecho de que «en la última década las aprehensiones nunca habían superado los trescientos kilos».

El problema que vislumbran los Servicios Sociales y los colectivos de ayuda a los drogodependientes es que esta incremento en las aprehensiones de droga no se está traduciendo, a priori, en el consumo. Los indicadores que maneja Interior refieren que ««no se aprecian indicios de aumento de consumo en nuestro país, permaneciendo estables las denuncias por tenencia o consumo en vías públicas, así como las incautaciones y detenciones asociadas al pequeño tráfico», mientras que el Plan Nacional Sobre Drogas refleja que «el consumo de heroína está estabilizado desde mediados de los años noventa».

El problema, a decir de los expertos, se sitúa en que en ambos casos las Administraciones trabajan, mayormente, con datos derivados de las personas que se acogen a programas de deshabituación. «Se está detectando que cada vez hay más aprehensiones, es una tendencia que venimos observando hace tiempo y, es más, se habla en el seno de las fuerzas de seguridad que en todo este trasiego se está observando en las calles más personas con problema de adicción a la heroína», apunta Fernando Alonso, gerente de la Fundación Galega contra o Narcotráfico.

En este sentido, insistió en que se trata de un conocimiento muy superficial de este problema, porque el aumento de las cantidades decomisadas de heroína no cabe duda de que «abastece un mercado que existe y que la pide. Si hay más decomisos, lo que es evidente, aparte de la efectividad policial, es que hay más consumo», remarca Fernando Alonso, quien advierte de que se trata de una problemática, aparentemente, soterrada que «puede estallar en la cara en un par de años y veamos que estas personas están pidiendo su ingreso, cosa que todavía no sucede y ojalá no suceda, en centros de tratamiento. Es el momento de hacer prevención y ponerse manos a la obra».

Por su parte, fuentes policiales alertaron de que se observa que ha disminuido la percepción del riesgo por parte de los estamentos más jóvenes con respecto del consumo de heroína. «El problema es que nuestros niños no han visto los zombis del Vao», refirió hace apenas unos días un mando policial al aludir al aumento de las partidas de esta droga interceptadas en Pontevedra.

En algunos casos, este estupefaciente se ha empezado a asociar con el ocio, de tal modo que la heroína como sustancia depresora contribuiría a minimizar los efectos de estimulantes, como la coca. Y luego está el denominado rebujito que combina estas dos sustancias -a diferencia del speedball que se inyecta, el rebujito se inhala- para conseguir un efecto relajante, pero, a la vez, activo.

Lo que hasta no hace muchos años era una combinación que se asociaba a los consumidores más marginales, empieza a ser una moda en distintos puntos del territorio nacional, por lo que se teme que termine aterrizando como forma de ocio en las Rías Baixas.