Reflotado el «Nuevo Marcos» en Combarro

Alfredo López Penide
López Penide POIO / LA VOZ

PONTEVEDRA

Ramón Leiro

El patrón mayor de Raxó espera que la investigación aclare las incognitas que se han planteado con este naufragio

29 abr 2017 . Actualizado a las 21:27 h.

A media tarde de ayer, y tras varias horas de intenso trabajo, el Nuevo Marcos, el cerquero que el pasado miércoles naufragó tras colisionar contra una batea falleciendo tres de sus cinco tripulantes, fue reflotado esta tarde en el puerto de Combarro, en Poio. La embarcación presentaba un fuerte impacto en la proa como consecuencia del accidente, así como se observaba un segundo agujero en la zona de estribor que se produjo cuando una embarcación que participaba en las labores de rescate chocó contra el pesquero ya hundido.

Está previsto que agentes de la Guardia Civil realicen una inspección en el marco de la investigación abierta para esclarecer todas las circunstancias de este suceso que ha teñido de luto al municipio pontevedrés de Poio.

En cuanto al reflotamiento del mismo, en un primer momento, operarios del barco-taller arousano Latero Mar y de la empresa portuguesa Ardentia Marine retiraron los aparejos y las partes móviles del cerquero hundido. «Intentouse endereitar e cando se endereitou saltou a balsa e empezou a saír todo para afora. Non nos explicamos como non salto no momento que deu a volta, sería o imprescindible», señaló Iago Tomé.

El patrón mayor de Raxó, quien colaboró activamente en el reflotamiento del Nuevo Marcos, resaltó que, nada más empezar a remolcarlo a puerto, «saltou a radiobaliza e empezou a emitir». Todo parece indicar que ambos sistemas no se activaron debido a la profundidad a la que se encontraba el pesquero, que se encontraba a unos seis metros.

En este punto, Iago Tomé apuntó que, mientras «uns din que non se recibiu a alerta, (...) pero o barco do meu irmán e o barco dun compañeiro ás cinco e seis minutos da mañán recibiron o Disstres». Se trata de un sistema de comunicación por el que, pulsando un botón en caso de naufragio, se comunica a otras embarcaciones la posición y el nombre del buque hundido. De hecho, Tomé reconoció que a él le avisó un conocido de Cangas tras saltarle este dispositivo.

Añadió, que en Fisterra «non saltou», por lo que no se tuvo conocimiento de lo ocurrido allí hasta que se recibió la alerta del 112: «Hai unha confusión que supoño que agora se intentará aclarar».

Una vez se cierren las investigaciones abiertas, la intención es que el barco termine en el desguace. Nadie en el ámbito marinero quiere saber ya nada del cerquero y, de hecho, lo primero que hicieron los que participaron en su reflotamiento fue arrancarle el nombre.