A Juan Carlos no hay que explicarle nada sobre el sello de calidad de Aenor, porque formó parte del equipo de certificación de la Xunta cuando trabajaba en Santiago, hace una década. Por eso fue una de las primeras propuestas que intentó poner en marcha cuando llegó al IES A Xunqueira II, hace dos. Pero no lo consiguió. «Es muy complejo ponerlo en marcha y cumplirlo, requiere de muchísima burocracia y el funcionamiento diario de un instituto muta mucho. Se trata de un sistema muy estructurado». Lo dice quien reconoce tener «fama de burócrata. Siempre me dicen que ya vengo con mis papeles», bromea. Pero lo cierto es que, precisamente por conocer el sistema desde dentro y tan bien, sabe de su utilidad, a pesar de la complejidad de aplicarlo a un centro, como el suyo, con seiscientos alumnos. Así que adoptó la postura más inteligente: «En este centro tenemos un proceso de calidad interno a medio camino del de Aenor», explica. Al inicio de cada curso se entrega a cada profesor una carpeta de bienvenida con todos los protocolos que debe seguir en las tutorías, faltas o evaluaciones.