Unicamente el CEIP der Lourido cuenta con el certificado de valoración y cumple con la normativa ISO 9001
16 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.«Hay que levantar actas para todo y, si aquí los días de tutoría recibimos a unos 120 padres, imagina el caos que sería hacer un documento sobre cada uno». El miedo a la ingente cantidad de papeles y procesos burocráticos que conlleva el certificado de calidad de Aenor ha dejado a la provincia sin apenas centros educativos públicos con el distintivo. Un solo colegio, el de Lourido, se lanzó hace nueve años al reto de cumplir por su cuenta y en solitario la normativa ISO 9001. Ni uno más en toda Pontevedra.
Cuando se pregunta por qué a algunos de los directores de centos educativos, la primera respuesta es reveladora: porque no es obligatorio. De ahí que únicamente los centros de formación profesional integrada (CIFP) -los de A Granxa, A Xunqueira y el Carlos Oroza-, las escuelas oficiales de idiomas y, desde hace solo unos días, los conservatorios incluidos en la red de la Consellería de Educación, cuenten con él. De hecho, en la mayoría de los colegios e institutos ni siquiera se ha debatido en los órganos directivos o en el claustro de profesores. «Polo que me chegou, é moito papeleo pero non ten repercusión sobre a marcha académica do alumnado», señalan. Todos coinciden, además, en que implicaría unos recursos que actualmente emplean en otros muchos proyectos.