Un parque industrial con naves cuidadas al que devora maleza

María Hermida
maría hermida PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

maría hermida

La suciedad de las aceras, la señalización borrosa y el mobiliario descuidado dan una imagen lamentable en el recinto de naves

18 ene 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Los polígonos industriales, habitualmente, no son espacios bonitos. No lo son, en muchas ocasiones, por la controvertida estética de sus naves. Pero este no es el caso del parque de O Vao, donde se combinan una suerte de empresas de los más variado; desde una avícola hasta negocios relacionados con la automoción pasando por un centro de pádel o la enorme nave de Bricoking. Las naves, en términos generales, están cuidadas, casi todas ocupadas y con buen aspecto. De hecho, hasta es un recinto con ciertos servicios, donde uno puede tomar un tentempié o, desde hace unos meses, comer también el menú del día por ocho euros. Pero su imagen es lamentable. ¿Por qué, si las instalaciones que albergan los negocios están bien? Porque falla todo lo demás. Las aceras piden a gritos una limpieza, ya que tienen basura regada. La maleza devora varias partes del parque. Y de la señalización viaria casi mejor ni hablar.

Empezamos por algo básico en un polígono: el aparcamiento. Por las mañanas es complicado encontrar un hueco en el parque. Hay algunas plazas en batería, pocas, y los estacionamientos en línea suelen estar ocupados. Es común que haya coches en doble fila. Por la tarde, baja un poco la ocupación. No ocurre lo mismo con el tráfico, que es intenso de la mañana a la noche. Por el parque industrial pasan tanto vehículos que van al propio parque como los que se desplazan hacia otras partes. Por ejemplo, a primera hora de la tarde el tránsito de autobuses que pasan hacia distintos colegios es enorme.

Demanda de seguridad

Pese a que los coches van y vienen de forma continua, las carreteras que hay en el parque están sin pintar y, aunque se prohíbe circular a más de 40 por hora, no hay lombos ni otros elementos que frenen los coches. Bueno, en realidad, sí hay una única banda rugosa. Pero está totalmente obsoleta y su labor es inútil.

Intentar recorrer el parque de O Vao por las aceras no es una buena idea. La maleza saluda a cada paso. Y la basura también. Si se pregunta a algún trabajador del polígono, su respuesta es contundente: «¿De verdade teño que dicirche como está isto, non viches que non se pode nin camiñar polas beirarrúas?», indica con ironía. Otro usuario añade: «Gustaríanos que a policía viñese máis por aquí», cuenta. Cuando lo dice, casualidades de la vida, justo pasa por delante un coche de la Guardia Civil.

Ya en la zona más pegada a la carretera que va a Vilagarcía, en el que es el ramal de acceso al parque, el desastre se hace más grande. Hay una zona repleta de maleza, donde incluso ayer había un vertido de plásticos blancos y restos de cristales. A mayores, ahí, en la zona próxima a Estrella Galicia, hay también una infernal salida y entrada al parque. Es una curva en la que, si la maleza no fuese tan exagerada, la visibilidad sería un poco mayor. Pero, con el desmadre actual del verde, es difícil comprobar si vienen o no vehículos de frente.