El hombre detrás del Conxuro da Queimada

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

XOAN CARLOS GIL

El autor de las míticas estrofas revela que aún guarda otros dos conxuros como herencia para su hija

24 oct 2016 . Actualizado a las 17:02 h.

«Mouchos, coruxas, sapos e bruxas. Demos, trasgos e diaños, espritos das nevoadas veigas». Así comienza uno de los textos más difundidos y reconocidos de Galicia, el Conxuro da Queimada. Pero, qué ocurre cuando a uno le preguntan por su antigüedad. Son muchos los que piensan que procede de la Edad Media o que, al menos, tiene varios siglos de existencia. La realidad es que dentro de unos meses, en el 2017, el Conxuro cumplirá sus bodas de oro, los cincuenta años de existencia.

El propio autor, Mariano Marcos de Abalo, nacido en A Pobra do Caramiñal hace ya casi 80 años, pero con domicilio en Vigo, asume esta realidad. Y lo hace con retranca. «Cuando digo que soy el autor me contestan que es de toda la vida, porque es conocido en toda España y parte del extranjero. Cuando alguien me lo dice, le contestó que como este Conxuro salió a la luz en el año 1967 quizás el que me lo dice tenía entonces pocos años o aún no había nacido. Tuvo tanto éxito que la mayoría lo asimila como popular» o, incluso, creen que es una composición anónima.

Ni mucho menos es así. La primera versión del Conxuro surgió en 1967. En la época de los guateques, Mariano Marcos solía reunirse con sus amigos en un barco decomisado porque, al parecer, no había pagado las tasas portuarios y «cuyo cuidado corría a cargo de su anterior jefe de máquinas», un espacio idóneo para disfrutar de las fiestas de Fin de Año o de los carnavales, citas «en las que no podía faltar la tradicional queimada».

En este marco, e inspirado «por las olas del mar» y al amparo de los juegos florales de aquel año, nacieron estos reconocidos versos. Recuerda que, en aquella época, había otros conxuros «bastante buenos que, incluso, salieron publicados en folletos, pero no tuvieron éxito o, simplemente, no aparecieron en el momento oportuno». Sin embargo, aquella primera versión sería modificada siete años después por el propio autor, quien le añadiría otras dos estrofas ?«la del fuelle y la de los gritos de las brujas»? dando lugar a la composición que sigue viva en nuestros días.

El propio autor, miembro del grupo poético Brétema, explica que decidió ampliar el texto ante lo que iba a ser su primera actuación en público en la ya mítica Fausto, una sala de fiestas viguesa ya desaparecida, con motivo de una asamblea de turismo galaicoportuguesa. Para la ocasión, Mariano Marcos ofició una queimada obsequiando a los invitados con una copia del Conxuro.

Lo que este vigués de adopción desconocía es que el taller de fotocopias «se lo apropió» y decidió empezar a imprimirlo por su cuenta «sin pedir permiso al autor». Es cierto que desde la imprenta se disculparon manifestando que desconocían quien era el autor, pero lo cierto es que la difusión no había hecho más que empezar.

A partir de entonces comenzó el recorrido de Mariano Marcos por toda clase de fiestas e, incluso, platós de televisión, lo que le llevó a coincidir con Manuel Fraga. Del expresidente de la Xunta apunta que «andaba con mi conxuro en el bolsillo cuando hacia aquellas queimadas que nadie las tomaba».

Reconoce que «por dejadez» no dio de alta la obra en la Sociedad de Autores, un olvido que solventó en el 2001. Aprovechó entonces para registrar otros dos conjuros poéticos «que no leo en público por miedo a que me los copien. Los dejo para mi hija en herencia», apunta, al tiempo que aclara que el registro de la propiedad intelectual del Conxuro da Queimada no tiene un ánimo de lucro, sino que es un mero ejercicio de reconocimiento, de dejar claro que es el autor del mismo.

Contundente responde con un «nunca» cuando se le pregunta por si alguna vez se imaginó la repercusión que iba a tener un texto que ha sido traducido a diversas lenguas. Además, de en galego y castellano, se puede encontrar en euskera, alemán, francés e inglés, así como en un idioma propio de la provincia de León.