Descubren la tumba de un bebé galaico romano de pocos meses en A Lanzada

Marcos Gago Otero
marcos gago SANXENXO / LA VOZ

PONTEVEDRA

Ramón Leiro

Clavos alrededor del esqueleto de una mujer adulta revelan que se enterró en un ataúd

21 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Los arqueólogos que excavan en A Lanzada encontraron ayer un segundo enterramiento de hace dos mil años. En esta ocasión se trató de un bebé de unos pocos meses, que apareció a unos diez metros de la tumba donde el lunes se encontró a una mujer adulta. El director de la excavación, Rafael Rodríguez, explicó que el hallazgo les ha sorprendido y que certifica que la necrópolis, el cementerio antiguo galaico romano se extendía por una superficie mucho mayor de lo supuesto.

El bebé apareció, al igual que la mujer, conservado en un antiguo depósito de arena. El esqueleto está en unas condiciones bastante malas. Cuando se descubrió tampoco se halló en el entorno inmediato ninguna clase de ajuar, ni tampoco ofrendas. Tiene al menos dos mil años, como explicó Rafael Rodríguez, porque se encontró debajo de un basurero que tenía materiales del siglo primero. Para este especialista, no hay duda a la hora de considerar a este pequeño como perteneciente a la comunidad galaico romana, que existía en A Lanzada.

En cuanto a la mujer que se halló el lunes, ayer continuaban los trabajos para exhumar los huesos. Es un trabajo muy lento, porque cualquier despiste podría destruir pruebas vitales o dañar los huesos. Han pasado dos mil años por ellos y no están en tan buenas condiciones como se supuso al principio. Los pies están destrozados y los huesos de las piernas quebrados por el peso de los materiales que se fueron acumulando en la tierra encima a lo largo de los siglos. Sí se han encontrado clavos todos alrededor de la mujer, lo que implica que se la enterró en una caja a modo de ataúd.

En opinión de Rodríguez es previsible que, según se avance en la excavación se puedan encontrar más tumbas, visto que no se conocía ningún indicio de que existiesen tan cerca de las estructuras del antiguo poblado. Tampoco existe referencia a tumbas tan cerca de este ámbito en las excavaciones realizadas en el siglo XX.

Precisamente la existencia de estos enterramientos incrementa más el misterio en torno a A Lanzada. A poca distancia de las tumbas hay estructuras de edificios, cuyo uso todavía está por determinar, pero que se sospecha que deben ser de índole comercial. La pregunta es: ¿estaban en uso al mismo tiempo que se enterraban estos cuerpos a escasos metros? Rodríguez cree que no, pero la excavación aún está en marcha y no hay pruebas concluyentes a favor de ninguna de las dos hipótesis.

Por otro lado, mientras que las dos tumbas datan del siglo primero, y el vertedero que se puso encima también, en el siglo tercero se volvió a modificar todo el ámbito y se construyeron más edificios. El director de la excavación cree que probablemente las personas que vivieron en ese momento no sabían que caminaban y se movían encima de las tumbas de un cementerio.