¿Fue el primer albariño un vino tinto?

Maruxa Alfonso Laya
m. alfonso CAMBADOS / LA VOZ

PONTEVEDRA

Investigan si unas cepas de albariño tinto encontradas en la finca del emblemático pazo cambadés pueden ser el origen de la variedad de uva que tanta fama ha dado a Rías Baixas

18 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuentan los expertos que, tras estudiar el origen genético de las variedades de uva, se ha llegado a la conclusión de que las blancas descienden de las tintas. El cultivo es originario del Mediterráneo y, cuando fue traslado a zonas más frías, «perdió características y de ahí aparecieron las variedades blancas», explican Eulogio Pomares y Marisa Gil. Él es el enólogo de Bodegas Zárate, mientras que ella es responsable de la Bodega Gil Armada. Hace ya un tiempo que estas dos firmas están colaborando en un proyecto que podría concluir con el hallazgo del origen de la variedad albariño. Porque en el pazo de Fefiñáns hay unas cepas centenarias de lo que, desde siempre, han llamado el albariño tinto. La uva se parece mucho a la de la variedad estrella de Rías Baixas. Ahora se están haciendo estudios genéticos que permitan averiguar si, de verdad, estamos ante los antepasados del albariño.

En torno al origen del albariño hay muchas teorías. La más extendida es que las primeras cepas llegaron del Rin. Y a pesar de que hay una tesis doctoral que desmiente esta versión, muchos son los que siguen pensando que la uva de Rías Baixas tiene orígenes germánicos. Esta teoría podría quedar definitivamente desterrada si cobra fuerza la que ahora plantean desde el pazo de Fefiñáns. Desde hace más de cien años, allí crecen unas cepas de una variedad tinta, «a la que toda la vida llamamos albariño tinto», explica Marisa Gil. Con ella hacía su tío Bernardo Gil «un clarete, porque como había poca cantidad la mezclaba con el albariño». Precisamente este año ha aparecido en un restaurante de Ourense que cambió de dueños una botella de vino elaborado con esta variedad.

Hace año que los responsables de Gil Armada están estudiando estas curiosas uvas. Antón Masa, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, ha realizado un completo estudio agronómico de la variedad. Actualmente, las estaciones enológicas de Ribadumia, con María Graña, y Ourense están haciendo un perfil genético. Esto permitirá ver con qué otra variedad reconocida guarda algún tipo de parecido. Por ahora «se ha comparado con todas las variedades tintas registradas a nivel nacional e internacional y no se han encontrado coincidencias», explica Marisa. Ahora se está realizando la misma investigación, pero con las blancas. Será este informe el que permita saber si, de verdad, esta curiosa variedad de uva tiene algo que ver con el albariño. Y si, además, es uno de los antepasados de la uva estrella de la denominación de origen Rías Baixas. «También podría ser una nueva variedad, que no esté catalogada en ningún sitio», añade Pomares.

A primera vista

Lo cierto es que, en principio, las uvas que nacen de la cepa del pazo de Fefiñáns son muy similares a las albariñas. «Físicamente el racimo se parece, tanto en el diámetro de la uva como en el tamaño del racimo», añade Pomares. Con lo que no guarda similitud alguna, es con otras variedades tintas que se cultivan en la zona. «Mucha gente dice que eso es espadeiro, pero no se parece en nada», sostiene.

En Bodegas Zárate están haciendo la primera vinificación de esta variedad. «Tiene mucho alcohol. Lo vendimiamos el pasado lunes y el grado potencial es de 14. Aquí un tinto normal, vendimiado en octubre, no llega nunca a los doce grados», afirma. La primera prueba se hizo el año pasado y, actualmente, está en barrica neutra. De ahí saldrá en un mes. «El primer año lo vendimié con mis tintos y tenía 15,8 grados de alcohol, cuando para que el caíño llegue a 11 hay que hacer números», explica.

Con muy poco color

Pomares argumenta que los primeros mostos han dejado ver que «esta es una variedad con muy poco color, de la que se podría hacer un blanco». Es esta una características de todos los tintos de esta zona. «El color sale de la piel y eso implica un trabajo en bodega», afirma. En este caso, la vinificación «la hacemos como los tintos de toda la vida, de forma muy manual», añade. En la última vendimia han recogido otros cien kilos, que también serán elaborados en Zárate.

Las únicas cepas que se conocen de esta variedad están en los jardines del pazo de Fefiñáns, en una finca de Oubiña y en la finca del cura de Tremoedo, Don Manuel. «Todos los años le llevábamos la poda y ya tiene un parrón considerable», relata Marisa. Ella es la principal impulsora de toda la investigación que se está realizando entorno a esta curiosa variedad. No sería extraño que en Fefiñáns estuviera el verdadero origen de algo tan cambadés como la uva albariña.