La burocracia retrasa el regreso de los arqueólogos al castro de A Lanzada este verano

Un problema inesperado surgido el último mes impide, por ahora, el comienzo de la excavación arqueológica en el castro de A Lanzada. La excesiva burocracia y la falta de acuerdo de las tres Administraciones competentes -Diputación, Fomento y Patrimonio- está retrasando lo que, por otra parte, discurrió sin ningún problema en el monte Tegra (A Guarda) y en el castro Alobre (Vilagarcía) también este mismo año.

El castro de A Lanzada es uno de los antiguos poblados que se incluyó dentro del convenio de la Diputación con el Ministerio de Fomento en la provincia de Pontevedra. En el marco del programa del 1 % cultural, la Administración central adquirió el compromiso de colaborar con la institución provincial en la puesta en valor de una serie de castros, entre ellos el sanxenxino. El reparto de tareas consiste en que la Diputación aporta los arqueólogos, que trabajarán durante varias semanas en la excavación del castro y el estudio de las piezas que puedan descubrirse. Por su parte, Fomento asumirá las tareas de consolidación de las estructuras que se desentierren y se ocupará de la señalización.

El cronograma pactado por ambas Administraciones preveía que los arqueólogos empezarían a trabajar en la tercera semana, como muy tarde en la cuarta, del mes de junio. El plazo fijado ha pasado, porque este mes está a punto de acabar y todavía no se ha alcanzado acuerdo. La razón aducida desde la Diputación para el retraso en A Lanzada es el cambio de criterio de Fomento. El ministerio anunció su intención de acometer la consolidación en septiembre. Esto haría que durante dos meses el yacimiento quedase sin protección adecuada. La Diputación se niega a esto y por lo tanto, la excavación solo comenzará cuando haya garantías de que al rematar una Administración, llegaría la otra. Y por si fuese poco, Patrimonio aún no dio los permisos.

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