Libre con cargos el anciano detenido tras la muerte de otro

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

RAMON LEIRO

Ambos compartían habitación y el informe preliminar de la autopsia alude a una muerte accidental

07 may 2016 . Actualizado a las 00:50 h.

Por su propio pie y con el rostro totalmente magullado, Antonio González Álvarez, de 87 años y natural de Vigo, abandonó ayer a primera hora de la tarde las dependencias del Juzgado de Instrucción número uno de Marín, en funciones de guardia. La jueza titular acababa de decretar su puesta en libertad con cargos después de que la noche del jueves hubiese sido detenido por la Policía Nacional tras la muerte del que era su compañero de cuarto en la residencia de mayores ubicada en la calle Ezequiel Massoni de esta localidad pontevedresa. Se sabe que el fallecimiento de José Bugallo Gay, de 85 años y oriundo de A Coruña, se produjo en el transcurso de una discusión en el interior de la habitación que compartían. El motivo que la originó no se ha confirmado oficialmente, si bien algunas fuentes aludieron a la posibilidad de que estuviese vinculado con alguna prenda de vestir. «Posiblemente nunca se sabrá», aventuró un vecino de esta céntrica calle de Marín.

Lo cierto es que lo ocurrido cogió por sorpresa al personal de este centro, así como al resto de residentes: «Estaba no cuarto e non me decatei de nada», reconoció uno de estos ya entrada la mañana. Ambos ancianos compartieron la cena con total normalidad y no mostraron ningún signo externo de que mantuviesen algún tipo de rencilla. Desde la delegación territorial de la Xunta en Pontevedra dejaron claro que no se tenía constancia de ningún tipo de incidente previo entre ambos octogenarios.

Fue el propio Antonio González quien alertó de lo que había ocurrido. Tras formalizar su detención, la policía lo trasladó hasta el Hospital Montecelo de Pontevedra para que lo asistiesen de las lesiones que presentaba. Además de contusiones, se le apreció, al parecer, una fractura de los huesos propios de la nariz.

Fuentes policiales precisaron que no pasó la noche en Comisaría, sino que regresó, eso sí, en calidad de detenido y bajo custodia, a la residencia para, ya por la mañana, ser conducido a dependencias policiales para continuar con las diligencias abiertas. Posteriormente, sobre las dos de la tarde, accedió al interior del edificio judicial de Marín para prestar declaración sobre lo ocurrido.

Desde el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) precisaron que, una vez concluido este trámite, se dictó un auto acordando su libertad, pero manteniendo la catalogación de investigado a la espera de que se conozca el resultado definitivo de la autopsia.

Y es que, si bien se ha descartado la existencia de un delito de homicidio doloso -«no murió a golpes», añadieron fuentes próximas a la investigación policial-, se mantienen abiertas otras posibilidades. Por lo pronto, el TSXG resaltó que «existe un informe preliminar de autopsia y todo indica que se trata de una muerte accidental, que no se trata de un homicidio doloso».

De este modo, las dos posibilidades que se aventuran serían las de que, de forma fortuita, se golpeara mortalmente contra el suelo o la que alude a que el fallecimiento viniese sobrevenido por el propio desarrollo de los acontecimientos, por el impacto emocional de la discusión. Fuentes del alto tribunal gallego destacaron que «la víctima tenía múltiples patologías previas», circunstancia que podría reforzar la segunda de las hipótesis.

Está previsto que Antonio González sea trasladado a otra residencia dependiente de la Consellería de Política Social. Las fuentes consultadas añadieron que la dirección del centro marinense y la Administración autonómica colaborarán al máximo con la instrucción judicial, si bien tacharon de «inevitable» lo ocurrido. No solo subrayaron que no se obvió ningún protocolo, sino que se trató de un suceso inesperado y sorpresivo.