Ángela caminó hasta Padrón y lo volverá a intentar en el 2017

Cristina Barral Diéguez
cristina barral PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

Ángela Lemiña, el sábado en A Ferrería, minutos antes de iniciar la Pontevedrada 2016.
Ángela Lemiña, el sábado en A Ferrería, minutos antes de iniciar la Pontevedrada 2016. ramón leiro

La mujer que recibió un doble trasplante de pulmón hace un año califica de inolvidable la Pontevedrada

03 may 2016 . Actualizado a las 12:17 h.

Con muchos nervios tomó la palabra el sábado minutos antes de la salida de la Pontevedrada 2016. Pese a los problemas con el sonido de la megafonía, la gente conoció su historia de primera mano. La historia de supervivencia de Ángela Lemiña Dacosta, quien hace un año pudo seguir viviendo gracias a un doble trasplante de pulmón. No se enrolló mucho. Donar salva vidas. Entre ellas, la suya. Lo contó en pocas palabras y acabó su emocionada intervención en la plaza de A Ferrería con un «A ver si llegamos a Santiago», que fue recibido con aplausos.

Y esta mujer de 33 años, vecina de Dena, en Meaño, no llegó a Santiago, pero sí hasta Padrón. Hizo la marcha a pie acompañada de amigos y familiares. En Caldas de Reis, donde estaba establecida la segunda parada de la Pontevedrada, comentaba que lo llevaba bien, y que solo el viento la obligó a abrigarse un poco más. Ella no conocía la iniciativa solidaria que organiza Asampo para fomentar la donación altruista de sangre, órganos y tejido. Llegó a ella a través de una red social, pero el sábado por la tarde y la madrugada y mañana del domingo pudo vivirla en primera persona. Ayer, tras recuperar fuerzas y sobre todo sueño, hacía su valoración.

«Al final llegué a Padrón y ahí nos paramos... Me dolían mucho las piernas», confesó. Ángela Lemiña es una luchadora y su espíritu positivo le lleva a pensar ya en el año que viene. El «reto» es prepararse con antelación para alcanzar Santiago en el 2017. En esta ocasión, su tía Conchi llegó por ella al Obradoiro y le dedicó la caminata. «Así que para el año que viene tengo que devolverle el esfuerzo que hizo», dijo. Ángela quedó encantada con la experiencia vivida, que calificó de inolvidable. Quiso agradecer el esfuerzo de toda la organización de la Pontevedrada y también la aportación de cada participante: «Sois todos geniales y el esfuerzo que hacéis es impresionante».

De las más de 1.200 personas inscritas, poco más de 400 llegaron a Santiago tras completar los 63 kilómetros. Ángela hizo 41.

«Mi tía Conchi llegó y me lo dedicó, así que tengo que devolverle el esfuerzo»