El cazador, cazado o cómo cayó el donjuán de Pontevedra

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

Manuel Vázquez, durante su comparecencia en la Audiencia.
Manuel Vázquez, durante su comparecencia en la Audiencia. CAPOTILLO< / span>

Un exjefe de Manuel Vázquez fue quien reveló su identidad

19 feb 2016 . Actualizado a las 08:05 h.

Le estafó 58.000 euros robándole el corazón y pudo ser más dinero... Un imprevisto frustró la estrategia con la que Manuel Vázquez Cores había encandilado hasta tal punto a una pontevedresa que esta no solo le entregó su amor, sino también su cartera.

Durante casi año y medio, el comprendido entre marzo del 2010 y julio del 2011, este donjuán mantuvo la creencia en la víctima que se trataba de una persona adinerada que, por una serie de desavenencias judiciales con su mujer, estaba pasando por un bache económico al estar obligado a depositar setenta mil euros como fianza y tener las cuentas bancarias bloqueadas. De este modo, bajo la creencia de que le devolvería el dinero una vez el juzgado desbloquease estas cuentas, le fue entregando distintas cantidades de dinero.

Con lo que nunca contó Manuel Vázquez fue con el abrupto final a la relación y que este tendría como detonante a un antiguo jefe suyo. Fue a finales de julio de hace un lustro cuando esta persona le comentó a la víctima que conocía personalmente a quien ella creía que era su novio. De este modo, no solo le desveló su identidad real -hasta entonces siempre había empleado un nombre y apellidos ficticios-, sino que la despertó de su sueño revelándole que, en realidad, se trataba de un camionero que había trabajado para él y, por lo que sabía, por aquel entonces estaba en paro, extremo que posteriormente fue confirmado tanto por la Audiencia de Pontevedra como por el Tribunal Supremo.

En un abrir y cerrar de ojos se esfumaron las dieciocho bateas que el pontevedrés le aseguró que poseía en Vilagarcía, pero también las inversiones en tres hoteles y el piso en la capital arousana. «Fingió una solvencia patrimonial y empresarial que nada tenía que ver con la realidad», reseñan desde el Supremo.

En la sentencia, que establece una condena de tres años de prisión por estafa y la devolución de los 58.000 euros, refiere que existió un engaño suficiente para considerar que se ha cometido este delito: «Primero, por basarse en una relación sentimental en la que ella creía y confiaba, llegando a tener una importante implicación, tal y como se desprende del contenido de las conversaciones mantenidas en el Messsenger, y segundo, por la maquinación urdida al hacerse pasar por su hijo para hacer más creíble la fingida depresión consecuencia de su acuciante situación económica», que también era falsa.

El otro donjuán de la comarca

A diferencia del pontevedrés, el otro donjuán de la comarca, el que ha sido señalado por innumerables mujeres y que es oriundo de Marín, no suele exponerse a imprevistos. Así, y a tenor del relato de alguna de las afectadas de la comarca de Pontevedra, evitó salir con ella a la calle con todo tipo de excusas. La realidad es que, en principio, buscaba evitar que terceras personas lo pudieran identificar y, de este modo, revelar la mentira.