Comer y beber como el albariño manda

Susana Luaña Louzao
susana luaña CAMBADOS / LA VOZ

PONTEVEDRA

Sonia Costa, de Lagar da Costa, recogió el premio al mejor vino.
Sonia Costa, de Lagar da Costa, recogió el premio al mejor vino. n. f.< / span>

El día grande de la fiesta demostró que si algo saben hacer los cambadeses, al margen de modas o avatares políticos, es mimar el vino que les ha dado fama internacional

02 ago 2015 . Actualizado a las 23:02 h.

Muchas cosas han cambiado en Cambados, pero la esencia permanece; y la esencia en la villa la pone el vino, que se manifiesta con toda su energía en la semana de festejos que ayer puso su broche triunfal con el día grande de la 63 edición de la Festa do Viño Albariño. Que si algo queda demostrado, es que el rey de los blancos es también el rey de la concordia, y por eso, los que ya estaban, los que llegaron, los que vienen de visita y los que todos los años repiten fueron felices en torno al néctar que le da sentido a la primera semana de agosto.

Tras varios días de lleno total, que vivieron su apoteosis en la noche del sábado con el concierto de las Nancys Rubias y una madrugada en la que no cabía un alfiler más en las calles de la villa, llegó el día grande con el acto de investidura de las damas y cabaleiros y el Xantar do Albariño. El presidente de la Xunta fue, un año más, el maestro de ceremonias del acto que se celebró en el Patio de Armas del pazo de Fefiñáns, donde fueron investidos el vicepresidente de Abanca, Juan Carlos Escotet; la alcaldesa de Cambados, Fátima Abal; la directora de la Televisión de Galicia, Rosa Vilas; el periodista y escritor Manuel Jiménez; la presidenta del Institute of Wine, Sarah Jane Evans, y el gerente de la bodega Bouza do Rei, Isidoro Serantes.

Alberto Núñez Feijoo llamó la atención de que al albariño se le llamase con un diminutivo, cuando representa a 6.000 viticultores que trabajan 4.000 hectáreas que el año pasado dieron 25 millones de kilos de uva, pero matizó que ese sufijo era indicativo del aprecio y el cariño que se le tiene a un elixir que «nada ten que envexar ás ambrosías dos deuses gregos», como bien recordaba Álvaro Cunqueiro, a quien Feijoo calificó de «visionario».

Antes y después del acto en el Patio de Armas se celebró el tradicional paseo de cofradías, con la vistosidad que le ponen las órdenes llegadas desde todos los puntos de España y que este año quedaron representadas en la figura del presidente de la Cofradía de los Quesos de Asturias, Armando, que ayer cumplió 85 años y que fue agasajado por la organización con una tarta en el Xantar do Albariño.

La comida en el pazo de Torrado, magnífica, como siempre. Los comensales no se hicieron de rogar y el menú no les defraudó: empanada, pulpo, cigalas, vieiras, carne asada, postres y cafés se dejaron acompañar por el rey de la fiesta, el albariño, que obligó a brindar y brindar hasta que el sol se puso y las caravanas de coches se alargaban hasta la entrada de la Vía do Salnés. Valía la pena, por lo tanto, alargar la velada y quedarse a escuchar el pregón que corrió a cargo de Manuel Jiménez, al que no le dolieron prendas a la hora de reconocer que se había llevado una gran alegría cuando le propusieron ser cabaleiro del albariño y que, sin falsa modestia, aseguró que el reconocimiento se lo merecía y por lo tanto, haría lo que le correspondía, que era promocionar el vino de las Rías Baixas allí donde estuviese.

Reivindicar la sede

La concordia no impidió que los concejales Tino Cordal y Xurxo Charlín, en nombre del gobierno local, reivindicasen una vez más la sede del Consello Regulador para Cambados. Recordaron que el pleno cambadés lo había aprobado por unanimidad, y adelantaron que ahora llevarían la propuesta tanto a la Mancomunidade do Salnés como a otras corporaciones municipales de la comarca. «É unha reclamación tan xusta como lexítima -dijo Cordal-. Temos que asumir toda a organización da festa e o peso de levar o albariño polo mundo, e son outros os que levan o recoñecemento».

El premio, para Lagar da Costa, una empresa familiar que ya es profeta en su tierra

Como manda la tradición, en los postres del Xantar do Albariño se dieron a conocer los premios a los vinos que el jurado calificó como mejores de la añada y cuyos bodegueros, verdaderos artífices de la fiesta, fuero reconocidos con uno de los galardones más apreciados por los viticultores de la denominación de origen Rías Baixas.

El primer premio recayó en la bodega Lagar da Costa, de Castrelo, que ya fue reconocida en anteriores ediciones de la Festa do Albariño. Se lo entregó Alberto Núñez Feijoo a Sonia Costa, nieta del fundador de la bodega. La joven cambadesa reconoció que, para una empresa que había tenido que buscar mercados fuera y que exportaba el 70 % de su producción, era «unha grande alegría ser recoñecidos na nosa terra. Creo que é un premio merecido, porque tratamos de facer pouca produción, pero de calidade».

El segundo premio se lo llevó Gotas do Mar, y el tercero fue para Paco y Lola, de Meaño, que lo recibió de manos de la alcaldesa de Cambados.