Entre maletas y sombrillas

Marcos Gago Otero
marcos gago SANXENXO / AGENCIA

PONTEVEDRA

El recambio en las estancias de los visitantes lo delatan los turistas cargados con maletas.
El recambio en las estancias de los visitantes lo delatan los turistas cargados con maletas. rebeca tizón< / span>

Miles de personas inician este fin de semana sus vacaciones en Sanxenxo, tras un julio en que la villa latió al pulso de una avalancha de turistas

01 ago 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Cargados con maletas o arrastrando carritos; en solitario, en grupo o en familia, Sanxenxo es este fin de semana un cuadro de contrastes, entre los visitantes que se van al acabar julio y los que aterrizan en la capital turística de las Rías Baixas para iniciar sus vacaciones. A unos se les nota morenos y algo melancólicos mientras recorren la distancia de sus alojamientos a sus coches o a la parada del bus. A los otros se les ve encantados de comenzar una temporada de sosiego, con ganas de dejar su equipaje en una habitación y bajar con la sombrilla a Silgar. El cambio de mes cae en fin de semana y ambas mareas coincidirán este año. A los dos grupos se les identifica por unos objetos comunes: la maleta, la mochila o la bolsa de viaje.

Un julio de vértigo ha dejado buen sabor entre los que se despiden. En la medida de lo posible es un hasta luego y en pocos casos un adiós. El tiempo algo inestable y menos cálido de finales de julio no les ha inquietado y más de uno, sorprendido al ver lloviznar, agradeció la novedad. Sanxenxo está bien situada y muy bien conectada por carretera. Cuando los días no fueron buenos, la gente se fue de tiendas o a Santiago.

Agosto empieza con un sol brillando en un cielo despejado, con una playa de Silgar que se sabe deseada y un paseo marítimo donde no coge un alfiler a la hora del vermú. Y es que entre el trasiego de unos que se van y otros que se quedan, aún hay que sumar a los vecinos, que viven aquí todo el año, y aquellos afortunados que veranean más de un mes, que los hay.