El fiscal pide más de dos siglos de prisión para los 14 imputados por la coca del «Ratonero»

El 15 de agosto del 2008, los veraneantes que acudieron a la playa de A Lanzada se encontraron con una planeadora, entre llamas, varada en la arena. Un error en las comunicaciones había provocado que la organización que esperaba el alijo de cocaína que transportaba esperase su llegada veinticuatro horas antes en Cabo Silleiro. Este malentendido derivó en que cuando la lancha rápida llegó a su destino en Baiona no hubiese nadie para recepcionar la droga, una circunstancia que hizo que la tripulación fondease los más de 3.600 kilos de coca.

Fue el esperpéntico desenlace a la droga que, según sostiene el fiscal en su escrito de acusación, la organización liderada por Rafael Bugallo Piñeiro, El Mulo, alijó a bordo del Ratonero. El ministerio público relata que fue un transporte que, desde los primeros compases, estuvo marcado por las incidencias. Y es que inicialmente se había pensado utilizar el pesquero Pedro Xibano e, incluso, se llenaron sus tanques con combustible. Sin embargo, en el último momento, su propietario «se echó atrás antes de la salida del buque al mar, vaciando los depósitos de gasolina que ya estaban preparados para el repostaje de la lancha en altamar».

En este marco, la acusación sostiene que esta supuesta organización, en la que incluso había un militar profesional de origen colombiano -el fiscal solicitará que Defensa lo expulse de las Fuerzas Armadas en el caso de confirmarse la condena-, «se encargaban de construir y pertrechar lachas rápidas en dos naves de las que disponían, con el fin de destinar posteriormente dichas lanchas al tráfico ilícito de cocaína».

Por todos estos hechos, el fiscal antidroga solicita 17 años para El Mulo -11 por narcotráfico y 6 por pertenencia a organización delictiva-, mientras que para los trece restantes imputados pide 11 y 4 años, respectivamente. A todos, les insta a pagar dos multas de 300 millones de euros.

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