Mil caminantes en defensa de la donación

M. Casal PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

La Pontevedrada más multitudinaria partió anoche de la praza da Ferrería 

26 abr 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Un paseo que simboliza la vida. Una marcha para concienciar a la sociedad sobre la importancia de donar sangre, órganos y tejidos, una acción que puede rescatar de un final seguro, y casi siempre dramático, a cualquiera en el momento más inesperado. La Pontevedrada más multitudinaria partió anoche de la praza da Ferrería con el objetivo de recorrer los 63 kilómetros que separan la capital del Lérez de la compostelana plaza del Obradoiro.

Más de un millar de participantes desafiaron a ese cielo desapacible que durante todo el día se dejó notar en forma de nubes y lluvias y portaron una camiseta o una prenda roja que, en palabras de Asampo (la Asociación de Amigos de la Pontevedrada), escenificaba la señal de vida que pretende identificar esta iniciativa solidaria.

Caminantes de toda Galicia, pero también de Cantabria, Madrid, Barcelona, León, Mallorca, Francia o Suiza, partieron con buen ritmo, y mejor humor, de la Ferrería. Por delante tenían una ruta que habría de detenerse brevemente, para descansar, en Barro, Caldas, Valga y Padrón. Cuatro paradas antes de arribar al Obradoiro, donde la organización de la Pontevedrada prevé realizar un sorteo de obsequios donados por distintas empresas entre los participantes.

En previsión de que algunos de los inscritos pinchase en algún punto del recorrido, de Pontevedra partieron también varios vehículos de particulares y profesionales de la asistencia en ruta, así como furgonetas fletadas solidariamente por el Concello pontevedrés y la Diputación, que ejercerán la labor de coche escoba.

Habida cuenta del espectacular crecimiento que ha registrado la Pontevedrada, Asampo optó en esta edición por una inscripción voluntaria, de tal forma que cada uno de los caminantes podía realizar la contribución que considerase oportuna. Para ello, los organizadores instalaron ayer una mesa en la que se podían realizar las donaciones, al tiempo que se recogía la documentación y el dorsal que acreditaba la participación en la marcha.