El Peixe, con bajas sensibles, busca la ventaja del factor cancha en el play-off

R. P. PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

Darío Suárez, con una rotura, es el que más preocupa, aunque también están tocados Manu Ferreiro y Rogers

16 abr 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Javi Llorente afronta los dos últimos choques programados antes del play-off con medio plantel tocado o lesionado. La parte positiva es que casi todos los deberes están ya hechos a estas alturas. La negativa, que queda todavía lo más exigente de la campaña y cada entrenamiento que no se completa con todas las piezas a pleno rendimiento es una oportunidad perdida para seguir cogiendo confianza y engranando la maquinaria.

El Peixe es ahora mismo el octavo clasificado de la competición y se medirá al noveno, el Getafe, que quiere una victoria más para estar completamente tranquilo.

El reto -y el sueño- de los marinenses sigue siendo la quinta plaza, la última que daría la ventaja del factor cancha en el play-off de ascenso a la LEB Oro, pero que se antoja como un reto realmente complicado. Para darle caza, necesitarían dos victorias en las dos últimas jornadas y que el resto de rivales no hiciesen ese pleno.

Aunque posible, parece poco probable. Realmente, lo que busca el cuerpo técnico es recuperar cuanto antes a los jugadores tocados. El diagnóstico más complicado sigue siendo el de Darío Suárez, que ha encadenado dos calvarios consecutivos en el choque en Mallorca frente al Pla, y que le han lastrado en los últimos meses. Junto al base, se sigue muy de cerca la evolución de su compañero de demarcación, Manu Ferreiro, que no se entrenó con normalidad esta semana, aunque parece que no es tan grave. Finalmente Roger, con un golpe en la espalda, presenta fuertes dolores en la zona y es seria duda, a la espera de la evolución de las próximas horas, incluso para este fin de semana.