Las últimas ostras gallegas

Marcos Gago Otero
marcos gago BUEU / LA VOZ

MARÍN

Darío Campos Loira, patrón del «Zapateiro», es uno de los cuatro armadores de Bueu que faena a la ostra en la ría de Pontevedra.
Darío Campos Loira, patrón del «Zapateiro», es uno de los cuatro armadores de Bueu que faena a la ostra en la ría de Pontevedra. ramón leiro< / span>

Bueu trabaja uno de los pocos bancos naturales de este crustáceo

08 feb 2015 . Actualizado a las 17:01 h.

Hubo un tiempo en que las ostras eran tan abundantes en la ría de Pontevedra que los albañiles las utilizaban como parte de la masa para construir casas. Sin embargo, los bancos naturales de este crustáceo no han cesado de reducirse desde mediados del siglo XX y en la actualidad, en las Rías Baixas, solo subsisten dos poblaciones de ostra plana. En Noia está uno, el mayor de Galicia, mientras que la otra referencia, más modesta pero todavía comercialmente explotable, está en el entorno de Tambo.

Darío Campos, patrón del Zapateiro, es uno de los últimos profesionales que se dedica a la captura de ostra gallega en la ría. El suyo es uno de los cuatro barcos de Bueu que trabaja a la ostra, siendo esta lonja el principal suministrador de este producto en aguas pontevedresas. Su presencia en otras rulas no deja de ser anecdótica.

«Eu collo ostra desde que pecharon a vieira hai vinte anos», señala. Es una especie que comercialmente tiene su interés, aunque en este mes los precios no han sido muy generosos. Los barcos buenenses comenzaron el pasado lunes a recoger ostra de Tambo después de un tiempo de descanso. En diciembre, por primera vez desde 1995, pudieron regresar a la vieira y hacer una prueba sobre su venta. La idea es compaginar la vieira y la ostra, pero por ahora este segundo crustáceo ha encontrado mayor salida comercial.

Campos indica que la ostra que se vende en Bueu es gallega al cien por cien y natural. No procede de batea, sino de un banco de arena, y su semilla no es de fuera, sino que se cultiva desde el primer momento en la ría.

«A ostra galega, a plana, que é a que vendemos nós, ten mellor sabor que a de fóra, a nosa é de maior calidade», sostiene. Su aspecto también es diferente. «A ostra vive en fondos de pouca auga, e cando se colle vai etiquetada como galega», resalta. Se recoge con vara del fondo marino.

Este patrón buenense recuerda los días en que había otros bancos además de Tambo. Las recogían en A Cova, en Aguete, y frente a Silgar, en Sanxenxo. Ahora no las hay. Campos cree que posiblemente por las obras portuarias. Por esta razón, los buenenses, que faenan la ostra al amparo de un plan de explotación específico, miman su banco de Tambo.

En el primer día de subasta en Bueu la ostra plana superó el euro por unidad, pero a el jueves se quedó bastante lejos de ese valor, lo que no deja de resultar frustrante si se tiene en cuenta la escasez de esta variedad del crustáceo y su calidad. Este año la ostra plana no ha crecido tanto como otros y eso se nota en el precio. Su destino está en las depuradoras en Cambados y O Percebeiro en Marín. De ahí acabará en menús de media España y más allá en varios países de Europa.

El sector destaca la calidad y el sabor del molusco autóctono frente al foráneo

La producción local se destina a depuradoras para su venta en

el exterior