El Teucro obtiene la matrícula de honor ante el Bidasoa

Roi Palmás
Roi Palmás PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

Capotillo

Iago Gómez se erigió como la gran figura del partido al detener el último ataque de los vascos sobre la bocina

01 feb 2015 . Actualizado a las 05:05 h.

El prometido duelo de titanes entre Teucro y Bidasoa estuvo a la altura de las expectativas creadas. Mayor afluencia de lo normal en las gradas del municipal y un capítulo más para enmarcar en la larga historia cruzada de estas dos entidades.

El duelo comenzó con intensidad desde el pitido inicial. El Teucro tomó ventaja momentánea pero los irundarras voltearon pronto el electrónico con el 3-4 a los diez minutos de encuentro. Ahí comenzó el sufrimiento. Los teucristas chocaban una y otra vez ante el muro defensivo visitante y con el 3-6, Quique Domínguez pedía tiempo muerto para intentar calmar los ánimos. Las distancias se fueron minimizando pero siempre de manera insuficiente para empatar.

Además de ver cómo el rival se sentía cómodo sobre la pista, los teucristas cometían más errores de puntería que de costumbre. En las filas rivales, Iago Muíña, que regresaba a Pontevedra, estuvo hiperactivo y fue excluido en dos ocasiones.

Ya en la segunda mitad, con Iago Gómez bajo palos, el comienzo fue arrollador. Ritmo altísimo y reparto de protagonismo en acciones de peligro en ambas áreas. Se repetían errores pero los visitantes también los protagonizaban y poco a poco se igualaban las fuerzas y el cansancio.

A diez minutos para la conclusión, los teucristas se reengancharon a esta batalla gracias a los penaltis de Carlos García y a la resolución de Borja Fernández, que recortaban la desventaja hasta el 20-21. Se entonó el «sí se puede» desde las gradas y Dorado, que salía de una lesión, estrenaba su cuenta anotadora en el minuto 52 para establecer el 22-22.

Por primera vez en muchos minutos se lograba neutralizar la desventaja y se creía fírmemente en la remontada. Los últimos minutos se presumían solo aptos para corazones a prueba de emociones extremas y así fue. Con solo dos minutos para que se consumiese el tiempo reglamentario el marcador lucía un inquietante 24-24. Para entonces a Pichel ya se le había subido el gemelo izquierdo y el Teucro jugaba en inferioridad tras la roja a Dorado. Gonzalo Carro no fallaba en el ataque elaborado y establecía el 25-24 con un largo último minuto por delante. Tras el tiempo muerto la consigna era jugar largo y no encajar. Se falló el disparo y el pabellón enmudeció justo ante de la gran parada de Iago Gómez, que aguantó junto al palo, y dio el triunfo más trabajado del curso. Matrícula de honor para un Teucro que huele a Asobal.

Marcador cada cinco minutos: 2-2 (5´), 3-4 (10´), 5-8 (15´), 8-9 (20´), 10-11 (25´), 11-13 (descanso) 14-16 (35´), 16-18 (40´), 17-19 (45´), 19-21 (50´), 23-23 (55´), 25-24 (final)

Árbitros: Efrén Muñoz y Julio Posada. Excluyeron a Pichel, Dorado (2) y Borja en el Teucro y a Cavero, Zildic, Revin y Muíña (2) en el Bidasoa. Roja a Dorado.

Incidencias: Encuentro disputado en el Pabellón Municipal ante un millar de espctadores.

Amérigo, Pichel (4), Carro (1), Carlos García(2, 5p), Borja (2), Hernández (5), Edu Moledo (3)-siete inicial- Iago, Pumar (1), Marcos Dorado (1), Víctor, Iván (1)

Zubiria, Cavero (1), Trkulja (2), Crowley (6, 2p), Iriarte (1), Iago Muíña (2), Jon Azkue -siete inicial- Zildic (1), Fuentes, Revin (6), Jon Vázquez (3)