El arte contemporáneo a los ojos de los niños

Elena Larriba García
Elena Larriba PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

Ramón Leiro

El MuMo recibió ayer las visitas escalonadas de los alumnos del colegio Marcos da Portela de Monteporreiro, que quedaron fascinados con las obras de vanguardia de este contenedor

30 ene 2015 . Actualizado a las 14:53 h.

Cómo reaccionan los niños ante el arte contemporáneo de vanguardia. Para comprobarlo nada mejor que visitar el MuMo, un museo móvil diseñado específicamente para ellos, que ha recorrido ya medio mundo y que ayer aparcó en Monte Porreiro para poner a prueba la imaginación de los alumnos del Colegio Marcos da Portela. El camión contenedor que viaja con las obras de catorce artistas de renombre internacional se desplegó para sumergir a los escolares en un universo artístico donde conviven la pintura, la escultura, la instalación, el vídeo y el diseño. Primera lección de Christian, el guía que les mostró el museo: Las obras de arte hay que respetarlas, disfrutarlas e interpretarlas usando la imaginación. Y eso es lo que hicieron los pequeños visitantes.

 

El exterior del contenedor ya les impactó, comenzando por la escultura inflable en forma de conejo sobre el techo del camión. La obra es de Paul Mac Carthy y les remitió al mundo de los dibujos animados y a las ferias de atracciones. En la estructura descubrieron un agujero tras el cual se escondía la obra de Maurizio Cattelan. Miraron a través de él y cada uno dio su interpretación de lo visto. Para Gael era la fotografía de un perro con marchas de colores. Diego creyó ver un tigre. Yanira, un caballo, y Sofía, una leona. Segunda lección: La imagen era la misma, pero no todos tenemos la misma imaginación y es más divertido cuando cada uno ve algo diferente que cuando todos vemos lo mismo.

 

El ladrillo de Barceló

 

Una vez dentro del contenedor lo primero que vieron los escolares fue un ladrillo cuidadosamente instalado en una pared. En realidad es una escultura de Miquel Barceló y en ella descubrieron la cabeza de un perro. El suelo del MuMo fue otra sorpresa. Estaban pisando el MapaMapa, una cartografía con escala incierta de Sébastien Cordeleani. Y las interpretaciones aquí también fueron muy diversas. Donde unos veían campos, otros veían carreteras, maderas desordenadas o la piel de un animal. Más fascinados todavía quedaron ante la escalera de colores diseñada por el artista jamaicano Nari Ward, que les condujo a la parte alta del camión transformer. Tiene incorporada a la barandilla una composición hecha con cordones de zapatos que forman una figura ascendente y dinámica. «Es una escalera de cordones de colores», dice Sofía. «Es un dinosaurio con pinchos en la espalda», interpreta Antonio. «Un dragón» apunta Hugo. ¡Viva la imaginación!

 

 

Viaje al sol

 

Lo que más le gustó del museo a los alumnos del Marcos da Portela fue, sin duda, la instalación lumínica de James Turrell. Los niños entraron de uno en uno a través de una cortina misteriosa para vivir una experiencia perceptiva y sensorial única. Cuando salió, Juan no tuvo ninguna duda: «Es como estar en el espacio, en la luna y en el sol». Y para rematar, la escultura del Beso de Ghana Amer. A Yanira le pareció al principio «un huevo con raíces», pero enseguida descubrió con sus compañeros las caras de gente besándose.