Los albergues rozan el lleno a pesar de las temperaturas templadas

carmen garcía de burgos PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

Fouces cifra en una docena las personas que duermen, de media, en la calle

21 dic 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

A pesar de que el frío no ha llegado todavía, ni se le espera para estas Navidades, los albergues ya están prácticamente llenos. El de Calor y Café, con una docena de camas y dependiente de la asociación de San Vicente de Paúl, tiene completas todas sus plazas desde hace semanas. El sistema que emplean evita, además, sorpresas de última hora o colas inútiles. Los vales para dormir se entregan directamente en el comedor durante la cena, por lo que todos los usuarios saben de antemano qué lugar tienen asignado para pasar la noche.

En el de Cáritas, ubicado en Monte Porreiro, emplean un sistema similar. Allí, aunque ayer a última hora parecía que se registraba una disminución de solicitantes, durante toda la semana apenas quedaba alguna plaza libre. «No hay pautas muy claras sobre cuándo se van a cubrir todas las camas o no», aseguran desde el albergue. Lo único que pueden predecir con seguridad es que cuando bajan las temperaturas se llena e, incluso, se supera la oferta. En esos casos, cuando se activa el protocolo de frío, el Concello llega a un acuerdo con un hostal de la ciudad para que acoja a quienes no tengan cabida en ninguno de los albergues.

La concejala de Benestar Social, Carmen Fouces, aseguró que el número de plazas en ambas instalaciones es «suficiente» para cubrir las necesidades del municipio, sobre todo teniendo en cuenta el convenio con el establecimiento hostelero.

Sin incrementos

«Non aumentou para nada nos últimos anos o número de xente que durme na rúa», señaló, y aseguró que rondan la docena de media desde hace tiempo. «Algúns deles prefiren non durmir nos albergues por diferentes razóns», añadió la edila. Una de las más frecuentes, apuntó, es la tenencia de mascotas.

Como está prohibida la entrada de animales -ya sean de compañía o no- en ambas dependencias benéficas, algunas personas sin hogar optan por quedarse fuera para no tener que abandonarlos por la noche. En esos casos van sobre todo a los alrededores del Estadio da Xuventude o a los soportales para cobijarse del viento y la lluvia, matiza Martínez.

La segunda razón más habitual tiene un trasfondo menos altruista: en este tipo de dependencias está absolutamente prohibido cualquier tipo de sustancia adictiva, ya sea alcohol, tabaco o estupefacientes. Por esta razón, algunos usuarios optan por buscar resguardo en otros lugares antes de renunciar a algunas de sus prácticas, señaló la edila responsable del área.