La felicidad fugaz de «Lucas»

Cristina Barral Diéguez
cristina barral PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

RAMON LEIRO

Los problemas de adaptación del perro a su nueva casa llevan a su familia de acogida a replantearse la decisión

19 dic 2014 . Actualizado a las 08:29 h.

¿Quién dijo que adaptarse a un nuevo hogar es fácil? Si a veces no lo es para las personas, mucho menos para los animales. Y más si el protagonista de la historia es un perro abandonado, que sufrió un atropello y al que tuvieron que amputar una pata trasera tras encontrarlo tirado en la cuneta de una carretera. Un palleiro que además cambió la perrera donde vivió los últimos veinte días por un piso en la calle Juan Bautista Andrade de Pontevedra. El final feliz a la historia de Lucas parece complicarse, aunque su nueva responsable, Bárbara García, va a intentarlo antes de tomar una decisión drástica: devolver el can al refugio de la asociación Os Palleiros.

Bárbara y su pareja decidieron firmar un contrato de acogida temporal de Lucas después de conocer los avatares de este can. Conmovidos y dispuestos a darle un hogar al menos durante este invierno, el miércoles por la mañana fueron hasta el refugio de Campañó a buscarlo. Pero esa primera noche no fue fácil. Muy sentida, esta joven coruñesa residente en Pontevedra lo contaba ayer por la tarde. «A las once empezó a ladrar. Fui a la cocina, apagué la televisión por si era del ruido e intenté tranquilizarlo. Se calmó y todo parecía que estaba bien, pero a las tres de la madrugada volvió a ladrar más fuerte», explicó.

Bárbara se puso en contacto con Os Palleiros para decir que devolvía al animal por problemas de adaptación. Así lo explicó la presidenta de la protectora, Gloria Cubas. «Es un piso alquilado y el perro ladró mucho de noche y hubo quejas de los vecinos. Y tampoco se lleva bien con un gato que tienen», comentó. Echarse atrás tras una acogida es bastante habitual y algo legal, ya que el perro sigue siendo de la perrera. «Nos da mucha pena porque Lucas ya lo pasó bastante mal, pero estas cosas pasan», comentó Gloria.

Bárbara tenía intención de llevar a Lucas al refugio de Campañó ayer por la tarde. Pero al final no será de forma tan inmediata. La joven reiteró a La Voz que no quiere devolver al perro y que va a darle una oportunidad: «Me puse nerviosa, pero supongo que fue por el cambio de sitio. No lo quiero devolver, prefiero darle una oportunidad y esperar a ver qué pasa».

Bárbara añadió otro problema de convivencia. Lucas y su gato no se entienden. «Eso es bastante normal porque los gatos son muy independientes. Pero están separados, Lucas en la cocina, y el gato por el resto de la casa», señaló. Pero cuando coinciden se lía. «El pobre Lucas resbala en los azulejos y hasta a mí me echó la boca», apuntó su cuidadora.

Bárbara estuvo hablando con los vecinos del edificio para explicarles la situación y pedirles disculpas: «Algunos lo oyeron ladrar, otros no, pero vamos a esperar un día o dos a ver qué pasa». Si al final no pudiera ser, ella misma está haciendo gestiones para buscar otra familia para Lucas. Dice que se lo merece.