La hermana de la víctima aseguró que esta tenía plena confianza en sus patrones
17 dic 2014 . Actualizado a las 05:00 h.En el banquillo, una empresaria pontevedresa y dos de sus hijos. Les acusan de haber estafado 55.000 euros a un empleado de origen portugués al que, supuestamente, engañaron con la venta de un coche, proponiéndole la constitución de una sociedad de congelados y convenciéndole que les entregase dinero para adquirir un piso que supuestamente iba a salir a subasta.
Ante los magistrados de la Audiencia, y tras negarse a contestar a las preguntas de la acusación particular, la encausada negó las acusaciones. «Él -en referencia al denunciante- se montó una película y que lo explique», manifestó después de dejar claro que las imputaciones son «totalmente mentira».
Reconoció que recibió cinco transferencias de dinero procedente de Portugal, pero mantuvo que eran el pago de un supuesto préstamo por importe de 55.000 euros que le había hecho al trabajador. Eso sí, no atinó a explicar porque en las primeras transferencias se hacía referencia al modelo de coche que, al parecer, iba a adquirir el denunciante.
También su hijo y su hija negaron la existencia de estafa alguna en su conducta con respecto a su antiguo empleado, del que la empresaria llegó a decir que «le tenía afecto».
Sin embargo, este mantuvo, en todo momento, que fue objeto de un engaño, extremo que también confirmó su hermana. «Tenía plena confianza en su patrones porque sino no hubiera hecho una sociedad con ellos», si bien con el paso del tiempo «empezó a sentirse engañado y a sentir vergüenza», añadió la testigo en un juicio que la Audiencia retomará esta mañana.