«Mató a 'Lara' a martillazos»

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

Agentes del Seprona realizaron ayer una inspección ocular en la finca del morañés que ha denunciado brutales agresiones a sus animales domésticos

12 dic 2014 . Actualizado a las 19:48 h.

Manuel Remiseiro está convencido de que la persona que le está haciendo la vida imposible es de su entorno más próximo, tan cercano que no duda en señalar a uno de sus hermanos con el que las relaciones fraternales que mantenían se hicieron trizas hace unos meses. Asegura que, desde entonces, las agresiones a sus animales domésticos se suceden, así como los daños en la finca donde se ubican los galpones que los albergan.

El relato de este vecino de San Martiño de Laxe, en el municipio pontevedrés de Moraña, está salpicado por los cadáveres de palomas, faisanes, cabras y perros. Si hace algunas semanas, varias tórtolas aparecieron muertas -presumiblemente, con el cuello roto- y posteriormente ocurrió lo mismo con un cachorro de caniche, la gota que ha colmado la paciencia de Manuel Remiseiro es el brutal fallecimiento de una spaniel bretón de un año y medio: «Mató a Lara a martillazos», lamentaba indignado.

Explicó que, paralelamente a estos hechos, prácticamente se encuentra con destrozos en su finca: «Me rompieron el motor del pozo, me destrozan los galpones, los postes del cierre, los árboles... Los frutales, palmeras».

Ayer, el morañés regresó de nuevo a la finca para hacer balance de todos estos daños para acompañar a la denuncia que prevé interponer ante la Guardia Civil. Tras precisar que no será la primera vez que tiene que actuar así, insistió en que sus sospechas se dirigen hacia uno de sus hermanos que vive justo enfrente de su propiedad. No obstante, es consciente de que los agentes «no pueden hacer nada si no lo pillan en el momento. Es que va de noche cuando no hay nadie y hace de las suyas, lo destroza todo».

Agentes del Seprona se desplazaron ayer hasta la propiedad con la aparente intención de realizar una inspección ocular del entorno. El damnificado, por su parte, prevé interponer hoy la correspondiente denuncia ante la Guardia Civil consignando, entre otras cuestiones, que el montante de los daños ronda los 4.500 euros.

Lo cierto es que estas situaciones están truncando un período de tiempo que Remiseiro tenía intención de dedicar a su hobby, la cría de aves, mientras se recupera de un accidente que tuvo y no le surge una oportunidad laboral: «Estuve fuera trabajando y ahora llevo un año en el paro. Ya no sé qué voy a hacer».