Inusual interés en Marín por una vacante de sepulturero

m. gago marín / la voz

MARÍN

El Concello recibe dieciséis solicitudes para ocupar una plaza

10 dic 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

El oficio de enterrador fue un trabajo que pocos querían ejercer en el pasado en Marín. Es ingrato, poco reconocido y cuando toca sepultar a un vecino, amigo o pariente, hasta es doloroso. Tan poco solicitado estaba esta clase de puestos hace cien años que en Marín llegó a haber ocasiones en que los propios deudos se vieron forzados a abrir las zanjas para cavar las tumbas.

La crisis ha revalorizado los puestos de trabajo y no hay profesión, por denostada que fuese en el pasado, que hoy no capte la atención de muchos desempleados. Este es el caso de la vacante de enterrador, por jubilación del titular, que el Concello de Marín ha sacado a concurso.

Las solicitudes se hicieron esperar. Primero fueron un pequeño goteo desde que se abrió el plazo la semana pasada; pero ahora se ha convertido en un aluvión. En el registro municipal se contabilizaron hasta seis nuevas peticiones de aspirantes a sepulturero en el Ayuntamiento y el cómputo total es de 16 hasta ayer a la mañana.

La concejala de Medio Ambiente, la popular Marián Sanmartín, da por hecho que serán muchas más. Aún quedan unos días y, según se entera más gente de la existencia de este nicho laboral, y nunca mejor dicho, es previsible que crezca ese listado. El plazo para presentar las solicitudes rematará el próximo viernes, a las 14 horas. Los aspirantes que cumplan con los requisitos tendrán que pasar por un proceso selectivo. El ganador será el que se quede con la codiciada posición de ser uno de los tres enterradores oficiales del Concello marinense.

Al oficio de sepulturero ya no le hace ascos nadie. Entre los interesados hay personas con estudios superiores o de grado. En el Ayuntamiento se comenta que es otra de las consecuencias de la crisis. Un trabajo hoy en día vale su peso en oro.