La depuradora de los mil nombres desconcierta en Sanxenxo y Poio

Marcos Gago Otero
marcos gago PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

RAMON LEIRO

La indecisión de las Administraciones para solucionar el problema ambiental de la boca norte de la ría provoca malestar en los vecinos

09 dic 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

La historia de la ubicación de la estación depuradora de aguas residuales (EDAR) de A Granxa, Raxó, Laño o Pampaído es como contar los pétalos de una margarita. Desde que se empezó a hablar en firme de su localización, hace más de seis años, la EDAR ha saltado sobre el papel de Sanxenxo a Poio y viceversa en varias ocasiones hasta llegar a hastiar a los afectados a ambos lados de la frontera municipal, que lo que quieren es que se sanee su costa. La pugna entre los concellos de Sanxenxo y Poio, por ahora, está en tablas, y la Xunta, árbitro de la contienda, no se define. Deja para los concellos una decisión que, con la cita electoral de mayo del 2015 cada vez más cerca, difícilmente verá la luz.

En principio y sorprendentemente para una obra que se ha retrasado de una forma tan desproporcionada en el tiempo, todos -concellos, Xunta y vecinos- están de acuerdo en que el saneamiento hace falta y cuanto antes. Pero hasta ahora ha sido imposible poner de acuerdo a los ayuntamientos y Augas de Galicia, y los vecinos de uno y otro lado han presionado a sus respectivos gobiernos locales, porque no la quieren cerca.

En Raxó, José Manuel Montes, jubilado, comenta la paradoja de la situación. «O primeiro sitio que empezou a poñer o sumidoiro en Poio é Raxó, e é o único lugar no que non hai depuradora, porque de Chancelas para alá vai a Os Praceres». Admite que «a ninguén lle gusta ter unha depuradora á porta de casa, pero algo hai que facer».

Montes no ve mal que se sopesen varias alternativas, aunque también precisó que «o sumidoiro de Raxó está deseñado para ir ata A Granxa e non a Samieira». Sin embargo, llegado el caso, no hay problema técnico insalvable. La cuestión principal es la decisión política. Y es precisamente esta la que no se da tomado.

Miguel Piñeiro, de Raxó, es de la opinión de que la EDAR tiene que hacerse y en Sanxenxo, porque así estaba previsto «desde o principio». Considera que la obra es urgente porque las aguas residuales van directamente al mar y las corrientes devuelven parte al litoral. «É necesario que a fagan porque cheira moitísimo cando no verán hai máis xente, e ademais os sumidoiros están rotos, en fin, que ves auga por todos os lados e cheira un montón», precisa.

La depuradora es urgente, desde el punto de vista de Jesús Menduiña, por el impacto negativo que sufre esta zona del litoral. «Es un asunto que afecta a la higiene de la ría y ya la Unión Europea nos mandó un recadito a España para que se solucione», recuerda. Incide en que hay la ubicación ya se analizó en su día y que A Granxa fue el lugar elegido como el más conveniente. Cree que se debe empezar cuánto antes con esta infraestructura para evitar más daños ambientales.

Informe técnico

Esther Gallego es cauta al valorar el dilema. «No tengo información suficiente, yo me imagino que en Sanxenxo tendrá menos impacto que en Covelo porque el mar está más batido, pero no lo sé, no soy un técnico», afirma. El pragmatismo se impone entre otros afectados, como Juan Torres que recalca rotundo: «Que a fagan onde sexa, que veña un experto e que diga onde, pero que acaben xa».

David, de Sanxenxo, también es de los que opina que ya toca poner fin a la indecisión de los concellos y la Xunta, pero este vecino cree que sería más conveniente que se hiciese un bombeo desde A Granxa a la red de Sanxenxo y que Poio disponga de su propia EDAR. Este es también el punto de vista del Concello. La alcaldesa, la popular Catalina González, no quiere ni oír hablar de ubicar la depuradora en su territorio. Lo mismo hace su homólogo poiense, el nacionalista Luciano Sobral, que insiste en que se haga en el concello de al lado. Y mientras los políticos debaten, los vecinos esperan y los años pasan sin depuradora.