El declive de la lonja de Marín se agrava pese a un escenario estable en el conjunto estatal

Marcos Gago Otero
marcos gago MARÍN / LA VOZ

PONTEVEDRA

La lonja de Marín no ha dejado de perder peso desde la marcha de la flota del Gran Sol y el arrastre.
La lonja de Marín no ha dejado de perder peso desde la marcha de la flota del Gran Sol y el arrastre. r.l.< / span>

La rula marinense ha perdido algo más de 300.000 euros con respecto al volumen de ventas registrado el año pasado

09 dic 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

La sangría de la lonja de Marín se agudiza y este año alcanza una nueva caída de las descargas de pesca fresca, con el consiguiente descenso del movimiento económico y laboral que implica. Los resultados oficiales de Puertos del Estado, entre enero y octubre, registraron un -13,57 %, o lo que es lo mismo, en los primeros diez meses del año se han subastado poco más de 1.500 toneladas en la mayor lonja de la ría pontevedresa.

La caída de las ventas de pesca fresca en España ha sido un factor a tener en cuenta en muchas lonjas en los últimos años, pero en el escenario estatal de este ejercicio, la foto es de estabilidad en las descargas, con una tímida caída del 034 % de media. Sobre estas cifras, el batacazo de Marín es todavía más espectacular. Todo parece indicar que se está cumpliendo el augurio de la asociación de exportadores de pesca fresca, Aexpemar, que hace ya diez años advertía de que o se conseguía el regreso de flotas como el Gran Sol y se incentivaba la lonja, o la rula iba camino de la desaparición.

En términos económicos, la pérdida de ingresos es también considerable. Con un volumen de ventas algo más de un millón de kilos de pescado y mariscos, se han ingresado entre enero y octubre poco más de 2,6 millones de euros. Por estas mismas fechas, en el 2013, se habían subastado 1,4 millones de kilos, que supusieron tres millones de euros.

El descenso de actividad en la lonja también tiene su trascendencia en otros ámbitos, especialmente el laboral. Cada vez hay menos barcos y la existencia de un número más pequeño de pesqueros implica un varapalo constante a cientos de empresas pequeñas que se especializan en avituallamiento.

En las estadísticas de Puertos del Estado faltan todavía noviembre y diciembre, pero no hay indicios de que estos dos meses vayan a alterar el balance del año.