El misterioso derrumbe de Cotobade

Roi Palmás
roi palmás PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

Estado actual de la propiedad que se vino abajo tras haber retirado los escombros.
Estado actual de la propiedad que se vino abajo tras haber retirado los escombros. r.l.< / span>

Más de dos meses después de que se produjese el siniestro que le costó la vida al dueño, la investigación sigue en manos de la Guardia Civil, mientras que la propiedad es ahora un solar

25 nov 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Han pasado poco más de dos meses desde que saltasen todas las alarmas en el municipio de Cotobade. El pasado viernes 19 de septiembre, a media tarde, se activaba el protocolo de emergencias ante el estruendo provocado por el derrumbe de una vivienda en el kilómetro 75 de la N-541. La caída literal de la edificación provocó la muerte instantánea del dueño, José Figueiredo, de 38 años de edad, apodado el Portugués, quien se encontraba en el interior de la vivienda junto a un obrero, también de origen luso, que resultó herido.

La edificación estaba siendo restaurada desde el interior por ambos damnificados cuando se originó el desplome de la estructura que la sustentaba. Tras el incidente se confirmó que para acometer estos trabajos no se habían solicitado los pertinentes permisos y licencias.

Desde el primer momento fue la Guardia Civil la que se encargó de realizar las pesquisas a fin de intentar conocer hasta el último detalle de qué podía haber ocurrido para que se viniese abajo la casa y provocase la muerte de su propietario.

El dato clave para la línea de investigación fue que el principal responsable de los hechos fue precisamente el fallecido, con lo que se estima que la responsabilidad queda supeditada al fallecimiento. A pesar de esta circunstancia, no se ha dado carpetazo definitivo al asunto.

Completamente limpio

Pasar actualmente por la zona del derrumbe impacta, ya que donde hace pocas semanas se acumulaban cientos de piedras y cascotes, ahora ya no queda absolutamente nada. La propiedad ha sido desescombrada y limpiada a conciencia por encargo de los familiares de la víctima, que se han hecho cargo de estos trabajos. Ya no quedan vestigios de la zona acordonada, de los trabajos realizados sobre el terreno ni de la actuación de los bomberos y sanitarios que acudieron de urgencia a Cotobade.

La casa que se ubicaba en este emplazamiento era antigua y había sido propiedad de la pareja sentimental de la madre del fallecido, quien la había legado tras su muerte. José Figueiredo, que tenía su residencia en Pontevedra, había comenzado con la restauración de la vivienda cotobadesa y en una de sus visitas al interior de la edificación le sobrevino la muerte.

En el municipio se sigue respirando un cierto grado de misterio alrededor a estos acontecimientos, por lo rocambolesco del modo en el que se produjeron, por lo impactante del resultado y porque se ha borrado cualquier huella del sonado siniestro acaecido en septiembre.