Sanxenxo margina su arteria central, sin red de pluviales ni aceras decentes

Marcos Gago Otero
marcos gago SANXENXO / LA VOZ

PONTEVEDRA

RAMON LEIRO

La calle Progreso languidece pese a los presupuestos millonarios que el Concello manejó en los años dorados de la burbuja inmobiliaria

11 nov 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Es la arteria principal, el vial que atraviesa el casco urbano de Sanxenxo y por el que circulan miles de vehículos cada día, pero la calle Progreso languidece, olvidada por las Administraciones -autonómica y local-, que invirtieron los millones de la era dorada de la burbuja inmobiliaria en otras partes. Y esta es la queja de muchos de sus vecinos, acostumbrados a sortear las deformes aceras -«son como as dunas de Corrubedo», sostiene un afectado que prefiere el anonimato-. Hay afectados que también bromean con tener que llevar botas de agua para cruzar la calzada cuando llueve y baja la riada. La céntrica calle carece de recogida de pluviales.

«Esto lleva 40 años sin tocarse, desde que se hicieron las aceras, no se arregló más. Creo que ya van tres reformas en Silgar, pero aquí nada», afirma Xabier Orge, hostelero. En su establecimiento, los clientes asienten a cada una de sus palabras e ironizan sobre las promesas de la Administración. Orge señala a la calzada, al otro lado de la calle, a escasos metros de su hotel. Indica que allí hay arquetas enterradas en uno de los parches de asfalto que «adornan» la calle. Puntualiza que estas arquetas nunca se usaron y ahora, tapadas, han caído en el olvido. Un gasto inútil.

Alfonso Sueiro, vecino de la zona, destaca que las aceras de la parte derecha, en sentido hacia Portonovo, son tan irregulares que ponen a prueba la paciencia de madres con cochecitos, personas con el carro de la compra y ancianos con bastón. «Es un escándalo», añade. A su lado, Joaquín Sueiro sentencia que las aceras parecen una montaña rusa.

En la calle, Guillermo Díaz, otro vecino sanxenxino, sonríe cuando se le pide la opinión. «Non fai falta preguntar, só hai que ver que é un verdadeiro desastre, beirarrúas incluídas, con socavóns e fochancas».

Rosario Puig, hostelera, también incide en la falta de servicios básicos. «Mira tú mismo cómo está, le hace falta un buen asfaltado porque cuando llueve se inunda todo». En el punto más bajo de la calle, Rosa Méndez, comerciante, también cree que es urgente la mejora viaria. «El alcantarillado se inunda y baja una riada», afirma. Esta empresaria precisa que el problema de la seguridad vial es también una carencia grave. «Tienen que señalizar mejor los pasos de cebra, porque es una calle con muchísimo tráfico y cada año hay tres o cuatro atropellos, pero en los pasos de cebra, no en la carretera».

Muchos de los usuarios y vecinos de la calle Progreso se sienten olvidados por la Administración competente. La vía es autonómica, pero la Xunta no ha anunciado ningún proyecto para su mejora. El Concello, que tomó parte activa con fondos europeos en el 2003 para el saneamiento de Silgar cuando el paseo era provincial, se lava las manos y acaba de pedir auxilio a la Xunta. Mientras tanto, como el refrán, el uno por el otro y la casa sin barrer.