«De primeras, una misión tranquila»

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

FIRMAS

Dos capitanes de la Brilat dirigirán a los instructores militares y a la unidad que los protegerá

01 nov 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

La misión de Mali es doble y, por tanto, son dos los capitanes que estarán al frente de cada uno de estos cometidos. Así, el ferrolano Rubén Álvaro Rodríguez Picallo tendrá bajo su mando a los ochenta militares que deberán dar cobertura, «protección a todos los instructores que están en la misión de EUTM Mali, no solo a los españoles, sino a los de todos los países».

Por su parte, al frente de la decena de instructores, la Brilat ha situado al capitán burgalés Alfredo González de las Cuevas, de la rama de artillería. Su objetivo es, tal y como señaló el propio oficial, «instruir a una batería maliense y a los pelotones de morteros de tres compañías de infantería».

Esto conllevará, por un lado, un trabajo desde cero y, por otro, volver a incidir sobre militares ya veteranos. No en vano, deberán adiestrar a los integrantes de un grupo táctico, además de entrenar a otros dos «que ya han desplegado morteros». Y es que, de cara a la formación de las tropas malienses, se ha previsto que, «una vez finalizado su despliegue, regresen al sur y los volvemos a reentrenar», añadió.

En este sentido, el general jefe de la Brilat destacó que los militares destinados a los puestos de instructores «están elegidos en función de la tarea concreta en la que se va a asesorar a los miembros del Ejército de Mali, concretamente en tareas de instrucción de artillería y uso de morteros de apoyo al fuego». En cuanto al equipo del capitán Pillado, remarcó que «es una unidad de infantería regular perfectamente capacitada por su experiencia previa y por el adiestramiento específico que se ha hecho para esta misión en tareas de escolta y de protección de las unidades de mentores y asesores».

La percepción de ambos capitanes sobre los potenciales peligros de la misión la resumió Rodríguez Pillado al señalar que, «en principio, aunque de primeras es una misión tranquila, con poco riesgo, nosotros nos hemos preparado para el peor de los casos». Añadió que, a día de hoy, «no se estima que haya un riesgo evidente contra nosotros ni contra nadie de la fuerza».