Turismo de catástrofes tras un aterrizaje de emergencia

L. P. BARRO / LA VOZ

PONTEVEDRA

Tanto el domingo como el lunes, numerosos curiosos se acercaron hasta el lugar de accidente, que estuvo custodiado y precintado por la Guardia Civil.
Tanto el domingo como el lunes, numerosos curiosos se acercaron hasta el lugar de accidente, que estuvo custodiado y precintado por la Guardia Civil. Ramón Leiro< / span>

El accidente de la avioneta siniestrada en Barro atrajo multitud de curiosos al lugar

28 oct 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

«¡Nunca tal vira!». A buen seguro estás fueron las palabras que más de uno exclamó al acercarse hasta el lugar donde reposaban los restos de la avioneta Piper PA-28R-180 Cherokee Arrow accidentada este domingo en Curro, en el municipio de Barro.

Aunque la zona del siniestro estaba precintada y la Guardia Civil la custodiaba permanentemente, fueron muchos los curiosos que se acercaron hasta este punto próximo a la autopista. Algunos, móvil en mano, no dudaron en buscar la mejor de las posturas para hacerse un selfie, mientras que otros se limitaron a comentar lo ocurrido con sus vecinos o, directamente, interrogaron a alguno de los miembros de los servicios de emergencia.

Lo cierto es que este tipo de situaciones cada vez son más habituales cuando se producen accidentes o sucesos de impacto. De hecho, ya hay quien ha acuñado un término para definir estas conductas, el de turismo de catástrofes.

Pese a ello, a primera hora de la tarde de ayer, aún quedaba algún que otro despistado que no se había enterado del accidente. «Oe rapaz, ¿que é o que pasou para que haxa tanta leria por aquí?», le preguntó un parroquiano a un sorprendido periodista en las proximidades de la zona cero.